En el infierno...
Continúan los pateos. En resumidas cuentas puedo decir que nunca había caminado tanto.Nunca me había planteado pescar de forma que disfrutase a la vez del senderismo, la fotografía y el poder descubrir nuevos escondrijos en los que encontrar a mis presas.
De momento esos pateos se desarrollan cerca de las olas, la espuma y la oscuridad de los días que nos han precedido. Con mucho viento, olas y frio he decidido poner en práctica algunos de los consejos que tanto Paolo como Juan Luis me han dado. Nito, desde la distancia, me aconseja e informa de cómo va la cosa...y yo espero con ganas a que vuelva. El senderismo pesqueriíl nos espera.
Estos días atrás he decidido seguir investigando.
Muchos se conforman con mirar e imitar. Pobres de ellos. Penita pena. Tenía que decirlo...
Me levanto temprano, observo cómo anda la mar y decido ponerme en marcha. No son todavía las 8 de la mañana y ya estoy pasando frío, mojado hasta la cintura y soportando un viento lateral que ni me deja pescar a gusto ni tampoco disfrutar del momento. Empiezo a añorar el spinning veraniego...Observo el pesquero nuevo desde una morra y decido meterme en una punta con buena pinta. La marea está llena y no tardo en divisar persecuciones, me entran los nervios y al momento a mis pies sale ésta preciosa lubina que me recordó a como se vara una vieja sobre las piedras con una caña fija. Atacó justo antes de subir el señuelo. No llega creo al kilo, es pequeña y decido liberarla. Como había dejado la cámara de fotos en el coche, me pego otro pateo de vuelta a buscarla mientras la lulu se recuperaba en un charco. Unas fotos, compruebo su buen estado y al agua.
¡¡Que alegría!! Hace tiempo que le tenía ganas a ese pesquero, lo había visitados otras veces pero nunca me había dado nada, más que señuelos perdidos y visitas en vano.
Sigo lanzando y en menos de cinco minutos ya tengo enganchada la segunda, esta un poquito más grande. Ha comido cerca de mí, y con facilidad se deja poner en seco. Igualmente es fotografiada y devuelta al mar. Después de comprobar la inactividad que precedió a ésta captura, decido cambiar de sitio y moverme por la zona durante 1 hora. Nada. Decido volver a la zona caliente, y después de unos lances se produce mi segunda fatalidad en una semana: se frena la muestra, sale hilo con rabia del Sedonna y la caña se arquea trasmitiéndome los cabezazos del animal. Lo trabajo con la caña en alto, pero de pronto se frena y siento como se ha metido entre las lajas que observo frente a mí. Le aflojo, la dejo correr algo a cuando vuelvo a recuperar se termina soltando...Nooo!!!! Rabia, impotencia, frio...se acabó la pesca.
Después de intentarlo algo más y no obtener ni recompensa, recojo bártulos y tiro para casa a ducharme con agua caliente. He pasado una buena mañana relajado en la marea, he tocado escama y como dice un majorero muy entendido en todo esto, mejor es echarlo a perder...
Pd: A los del donde, el cómo y el cuándo, ni todo lo que se vé es lo que parece, ni lo que se escucha es lo que suena. De lo que se lee aquí sí, de eso me encargo yo...
Y en el paraíso... 2ª Pérdida.
Dani y yo, los dos solos. Sin compañía que estorbe los momentos de concentración en los que intentas sentir cada tirón que le das a los hierros. Sin nadie que nos diga que está cansado por que el Jigging es muy duro o porque el pescado no come.
Pensábamos estar más tiempo, pescar, disfrutar de nuestra estancia y regresar con el barco a casa, pero el mal tiempo hizo que decidiéramos poner rumbo al día siguiente.
Por fortuna, el compañero tiene casa en la isla hermana y el barco en el pantalán, por lo que disfrutar del mar es sólo cosa de tener ganas de ello.
Por la tarde nada más llegar, ponemos en marcha la Fragata y nos vamos a probar suerte con la puesta de sol, las esperanzas son pocas pero hay mucha ilusión. Llegamos al pesquero y no quedan ni cinco minutos para que la oscuridad sea total, pero para nuestro agrado comienza el baile de bicudas. Todas entre los3-5 kl. Y por supuesto todas van al agua;la lama, el agua y los nervios por seguir pescando me impidieron las retrateras oportunas... Ya a oscuras, nos situamos en una morra cercana, mientras cambio mi jig dejo a Dani que baje primero y...zassss! Una vuelta de manivela y está pegado. Siempre igual, quién me manda...un mero, pienso mientras recojo con esperanza de hacer doblete y a media agua...bingo! Se dobla mi caña y comienzo a bombear. Mientras Dani trata de aguantar y calibrar el carrete para que no se enverile su "pipa". Tristemente, ocurrió. Después de un tira y afloja con él, se metió en esa laja de la que jamás sale y salvó la vida. Yo seguía trabajando, mi animalito daba alguna carrera larga y fuertes cabezazos, y algo me hacía pensar en un medregal o jurel. Lo que son las cosas, se soltó justo cuando sentí el bajo entrar por la puntera de la caña. Se acabó, a casa que mañana es otro día. Cuando no está para uno, simplemente no está...
El patrón bombea con seguridad y pone está samita en nuestra bañera. 7 kl. de bicho malo, no está mal. Y nada más hubo. Nos remontamos a la marca, cambiamos de zonas rumbo a Lanzarote pero nada más importante sucedió ni para mí ni para él. Sólo alguna falsa clavada nos alteró los nervios en alguna ocasión.
Ahora toca quitar el musgo adherido, lavar el barco y dejar el carro en condiciones.
Y mientras tanto, esperamos con ganas a que vuelvan los suaves vientos del sur-este y afloje la mar, que parece que lo hará pronto. Se avecina más jigging, y spinning en esas piedras que no se tocan desde hace meses. Le pondremos voluntad y contaremos lo que se depare.
Buena sama Daniel.