martes, 27 de diciembre de 2011

Abriendo la temporada.

Empieza el nuevo año.

Me encanta la navidad. Y no lo digo porque me gusten estas fechas en las que una tradición se ha convertido en una excusa oportunista para desarrollar una estrategia consumista arrolladora. No. 

La Navidad me gusta porque es en estos dos meses (Diciembre-Enero) cuando más cómodo me encuentro pescando. Hay que levantarse temprano, hace frío... pero también hay bonanzas, y calor... Me gusta el verme abrigado al amanecer y mojarme, para luego disfrutar de cálidos rayos de sol durante toda la mañana. El agua está fría, pero en la piedra se está de escandalo lanzando. Por si fuese poco, son fechas en las que de nuevo me veo tras sargos, lubinas y pejerreis durante la mayor parte de mis jornadas de pesca. Es una época difícil, ya que pese a que el agua ha enfriado y la actividad de algunos animales a aumentado, hay que ponerle voluntad. Para mí, comienza mi nueva temporada.
Están siendo semanas en las que los cálidos vientos del E se alternan con los siempre incómodos y agraciados alisios. Igualmente, el mar engaña y cuando piensas que disfrutarás de una mañana totalmente en calma, ves como una serie de olas pasa por encima del veril dónde pensabas pescar, borrándote toda idea hecha hasta el momento sobre esto en tu cabeza. Sólo me he acercado a pescar en unas cuantas ocasiones, buscando momentos y probando señuelos diferentes en nuevos escenarios, a ver que pasaba. Probando probando...  

Mommotti Days.

Como decía antes, durante unos cuantos días he aprovechado para ir probando, y buscando nuevas posibilidades, ya que entiendo que cada condición nueva que se da en el veril, es una nueva oportunidad para probar algo nuevo, o hacer las cosas de siempre de "una forma diferente". Los dos primeros días, buscando en la espuma a los animalitos de invierno solamente pude llegar a ver varias lubinas tras los señuelos: pequeñas y recelosas que seguían los Mommotti 140 y Saltigas hasta la orilla sin llegar a atacar. Dos bolos que me hicieron descansar unos días mientras el tiempo aflojaba.
Ayer por la tarde, con apenas una hora restante de sol, volví a otra zona diferente, aprovechando la marea vacía. Nada más llegar, buscando distancia de lance con un Mommotti 190, entró por fin este pejerrei en zona profunda:


Unas fotos, y al agua, pero esta vez sin retratar la suelta ya que por póco pongo en remojo la Nikon, y a partir de ahora solamente la usaré con total garantia para su integridad, o sea dónde el agua no esté a menos de 20 mtrs. Habrá que ir tirando con la cámara acuática, y esta no siempre ofrece la misma calidad y posibilidad de fotos en secuencia como la Nikon.
Después de un rato insistiendo en la zona, decidí moverme para probar este cacharro de Seaspin en la espuma y con poco fondo, lugares dónde todavía no le había dado mucha vida (los 120 y 140 con el equipo light suelen ser mi elección). Al poco de estar lanzando, tengo picada pero se suelta. Vuelvo a lanzar, y esta vez si clava, logrando sacar el primer sargo de mi temporada invernal.


Sinceramente, estaba muy contento de por un lado haber logrado hacerme con un sargo, y por otro lado conseguir hacer funcionar el modelo 190 de Mommotti, al cuál no terminaba de cogerle el tranquillo. Es muy técnico, y necesita la dosis necesaria de movimiento y compás para hacerlo funcionar. No era posible que muchos me hablaran maravillas de él, y yo aquí no hubiese logrado encandilarme en este larguirucho. Por fin le he encontrado el movimiento ideal, y me está demostrando en estos días lo eficaz que puede llegar a ser en algunos momentos. Ya a última hora, de nuevo en zona profunda tras ese pejerrei que suele entrar con la caída del sol, ha sido esta bicuda la que ha entrado al Mommotti, demostrándome su total versatilidad y capacidad de engaño.


La de ayer fue una tarde preciosa, encantadora: me mojé hasta las orejas, pero disfruté de un atardecer perfecto, cálido y una triada de presas diferente a las que había logrado hasta ahora. Siempre es gratificante lograr tres especies diferentes en una misma jornada, pero haberlo hecho con el señuelo que fue, me hace sentir el doble de satisfacción. Terminé la tarde acostado sobre una piedra, mirando el mar y como las gaviotas volvían a tierra firme después del día de trabajo, disfrutando de un atardecer que por momentos me hacía olvidar problemas, e inquietudes.


Entre sargos y lubinas

Hoy me he levantado tranquilo, sin prisas. Vamos, como casi siempre para ir a pescar. A no ser que el pesquero que quiero tocar requiera una marea concreta, soy de los que en cada momento del día encuentra un lugar para lanzar, y buscar diferentes presas. Claro que como en todo, te puedes equivocar, y hoy me he equivocado. Después de dar varias vueltas con el coche, me he encontrado con diferentes problemas en cada veril que visitaba: en uno había demasiada fuerza, en otro no había ola suficiente, en otro la marea estaba muy vacía... finalmente, he tenido que improvisar, buscando algún lugar que me llamara la atención. He terminado sobre una piedra a dos metros del agua (tuve que correr muchas veces para no llevarme un golpe, y a pesar de ello a los cinco minutos ya tenía hasta la ropa interior empapada de agua, pese a contar con traje de agua), lanzando tras una ola que rompía sobre una baja plana de marisco en apenas tres metros de fondo.La mañana ha terminado siendo tan intensa como la tarde de ayer.

En el tercer lance, una lubina preciosa a volado por los aires con el Pro Q en la boca, pero en la primera arrancada se ha soltado, dejandome hablando sólo de los nervios. Es increíble con que poco se le salta la adrenalina a uno. En el siguiente lance, justo cuando el paseante cabalgaba una ola, he visto como otra loba surcaba la onda, atacando en la pared de la ola sin llegar a clavar. Una pena ya que después de esto ya no las he vuelto a ver más. En la siguiente media hora trabajando la superficie no he divisado nada de vida cerca, más que una tremenda pajarera a una milla más o menos, seguramente formada por sierras, gaviotas y pardelas dando candela a la carnada. Ahora lanzo con el Mommotti 190, y al primer lance siento como algo frena la muestra suavemente, cabecea y se suelta. Así unas tres veces, hasta que termina saliendo otro sargo parecido al del día anterior.


Realmente he quedado muy sorprendido de haber capturado otro ejemplar. Unos cuantos lances más, y seguían sucediendose las clavadas, entre muchos ejemplares que no terminaban de clavar correctamente.



Realmente cada vez estoy más asombrado de la voracidad de estos animalitos, que con la Ilicium Start y 15lb en un carrete 2500 te lo hacen pasar muy bien. Lo curioso es que hasta ahora pensaba que atacaban por territorialidad. Hoy me ha sorprendido verlos persiguiendo las muestras durante muchos metros hasta la orilla, cuál pejerrey acechando que termina por atacar justo bajo el cantíl. Y no fue uno, ni dos ni tres... fueron muchos los ataques, y sinceramente he terminado la mañana muy contento. Para finalizar, y ya con la marea subiendo, he probado tras las lubinas y pejerreis en otro veril, pero la falta de ola y espuma, junto con el cansancio han declinado la balanza por partir hacía el hogar al poco de estar lanzando, muy contento con unos sargos que mañana mismo serán servidos con papas arrugadas y mojo.

Por cierto, mañana como no y para aprovechar esta ventanita de buen tiempo, pienso volver a la misma zona, a ver si por fin levanto mi primera lubina de esta nueva temporada, y compruebo si los sargos siguen por ahí, igual de agresivos. Mañana les cuento.

Por cierto, Felices Fiestas. Espero que todos pasen estas fechas con la familia y seres queridos. Y por supuesto, que el 1012 sea algo mejor que este año que termina: trabajo, salud, y ayuda para las personas que en el mundo la necesitan. Saludos.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Terminando el año con buén pié.

Si ahora mismo terminase el año, seguramente estaría de lo más satisfecho en cuanto a pesca se refiere. Y en realidad, pase lo que pase en este sentido estaré de lo más contento, ya que este ha vuelto a ser un año con novedades, sorpresas y alegrías cerca del mar, entre molestos alisios y suaves calimas.

Aún queda un mes por delante para terminar el año, pero para mí ya practicamente ha terminado mi "temporada"... ahora me queda ir pensando en los sargos y lubinas, bichitos a los que he dejado algo de lado en los últimos tiempos. Hemos pasado los últimos meses liados con el spinning otoñal, el Rubicón Fishing... y ahora volvemos a la calma, a lo habitual. Vamos a contar lo que, en silencio, hemos hecho en nuestras últimas semanas.

Doradomanía, por fin se han marchado.

Durante el último mes y medio más o menos, hemos compaginado las salidas habituales de jigging y spinning, con duras jornadas lanzando y moviendo cacharros de superficie: Popers, paseantes, Robert Lures, skipping Lures... para seguir con jigs y minnows. Todo valía con tal de atraer, y luego clavar ese animal que tan de moda se ha puesto en estos dos últimos años por Canarias: el dorado.

Preciosos estos animales cuando se ven cerca de las piedras, o en plena actividad.

Este año ha sido más frío que el anterior, eso para empezar. Y esa es una idea mía contrastada (lo de la temperatura digo) y compartida por muchos otros que formamos un grupo que en definitiva no tiene ni idea. Y creo que no tenemos ni idea ya que no somos biólogos, ni expertos pescadores con años de experiencia tras la caza de estos bellos animales. No tenemos ni idea... y pensábamos que este iba a ser como el año pasado. Motivados por lo que había pasado, y creyendo que durante este otoño podríamos disfrutar de nuevo de ellos, hemos pasado semanas buscándolos, caminando y lanzando sin parar durante horas, esperando a que se acercasen a la costa o pasasen rondando el veril. Sabíamos que andaban cerca, ya que las capturas precedidas días atrás nos hacían pensar en ello, pero también eramos conscientes de que teníamos que trabajárnoslo, y no esperar a que alguien tocara la campana.
Y llegaron:

Con tal actividad, recuerdo que el Bujinu tocó agua, y en dos vueltas de manivela ya estaba viéndolo volar por los aires.

Pasamos semanas buscándolos, y al fin los encontramos. Recuerdo que el primer día, uno entró a un Pro Q, y después de más de 15 minutos peleando al borde del canto del veril, el animal aprovechó un saliente para partir y dejarme con muy mala cara. Tras el salió este precioso dorado, que venía fatalmente clavado por el cachete y plantó una pelea bastante dura.


Fue la primera pasada seria, y en ella quedamos clavados varios pescadores (afortunadamente, todos somos amigos y hemos pasado buenos días).
Era una locura muy gratificante el volver a recordar momentos de tensión, adrenalina...

También el Pro Q ha sufrido serios ataques, y capturas muy respetables.


Tras la lógica actividad, los nervios, la alegría, las fotos... volvió la ausencia de actividad, y de nuevo llegó el trabajo de brazos lanzando lo más lejos posible. Unas horas más tarde, volvían a dejarse ver, y de nuevo varios pescadores, quedamos peleando con ellos, pero sólo algunos conseguían tener la suerte de alojar correctamente los triples.




Aquél día casi todos conseguimos nuestra captura, y marchamos muy contentos tras haber comprobado que realmente ya se estaban poniendo a tiro de caña, cerca de las piedras que pisamos.

Tras esta jornada, llagaron más días, y más amigos, conocidos... y tuvimos que hacer hueco, y lanzar mucho más durante muchas más horas. Y siguieron los buenos resultados, pero durante ventanas reducidas, días sueltos en los que esos bellos animalitos decidian acercarse al veril. Fueron pocos días de plena actividad, pero los que hubo nos lo hicieron pasar en grande.


Si de algo me alegro, además de saber que casi todos hemos disfrutado de sus locas carreras, saltos y los buenos recuerdos a modo de foto, es el saber que muchos de estos animales se han salvado, al haber descendido su actividad, su número, y sobre todo la cantidad de días en los que se acercaron por los puestos en los los que los decidimos buscar. Durante diferentes días que los disfrutamos, el tope de capturas por pescador fue de 3 dorados en total, una notable diferencia con respecto al año pasado, en el que sinceramente creo que estos animales salieron bastante resentidos de nuestras islas, cuanto menos de esta por la que nos movemos.



Sinceramente, ha sido un placer el volverlos a tener por aquí, y poder disfrutarlos. Como hemos hablado en numerosas ocasiones, es una experiencia tropical, al alcance de nuestras manos, ya que hemos llegado a pelear animales sobre los 12 kl (machos y hembras que no lo pusieron fácil en el cantil), con 20lb en carretes 40000, y cañas de acción 20-50 en su mayoría. En anteriores años se habían visto, pero repito que jamás en estos tamaños, y con tal semejante actividad al alcance de nuestros ojos. Pero gracias a dios que se han marchado... se terminaron los madrugones, las concentraciones, los lances sin dirección, locos y disparatados a tu espalda mientras luchabas tu presa. Se acabó la locura, las horas interminables trabajando la superficie. Terminó la dedicación única y exclusiva a estos animales, que espero estén ya muy lejos. Han sido unas semanas que volverán a quedar para el recuerdo.

Después de la resaca.

Y me refiero con la resaca, a ese periodo de par de días que siempre hemos necesitado después del Rubicón Fishing para recuperarnos y volver a la realidad. Necesitabamos recuperarnos debido al lógico esfuerzo, y volver a la realidad debido a que durante esos tres días, desconectas de muchos problemas y jaquecas que normalmente te agobian. Y volvimos al mundo real justo cuando el tiempo amainaba, y parecía que alguna ventana se abría para ofrecernos la oportunidad de buscar por última vez a los dorados. Las noticias de algunos amigos, y una ligera intuición nos decía que ya estarían rumbo a aguas más cálidas. Nuestro último día de spinning se comenzó desde bien temprano, lanzando con la esperanza de que al menos la última pareja otoñal se dejara ver, y nosotros jugásemos a la lotería para probar a que señuelo le iban a hincar el diente. Durante varias horas estuvimos lanzando, sobre todo cacharros de superficie, y algún minnow. Reinaban los popers y paseantes en un día perfecto para que se dejasen ver. Sin embargo, nuestro objetivo principal no apareció durante todo el día, pero si lo hicieron las sierras después de horas lanzando. Una de ellas decidió atacar mi inseparable Pro Q después de una preciosa carrera tras el señuelo:


No planteó siquiera la clásica batalla de las sierras, pero al menos nos subió la moral durante unos minutos; tras ellas venían otras sierras y jureles que pretendían arrebatarle el señuelo, y pejerreis que querían arrebatarle la vida. Y claro, en medio de la sorprendente actividad, Dani lanzó a dos metros de dónde mi línea se perdía en el agua, y logró clavar uno de los pejerreis. Fue un bonito doblete.


Tras la rápida sesión de fotos, la sierra se quedó al fresco para acompañarme a casa a comer, y el pejerrei fue devuelto al agua. Espero que como siempre, tenga suerte y se recupere para seguir dando caña en el veril, acosando y cazando. La suelta de Dani :




Y de nuevo volvió la soledad, las horas lanzando sin ver un sólo movimiento, un sólo ataque. Aburría aquello, y cada vez nos autoconvenciamos más de que aquella falta de actividad no era normal. Entre lances y más lances, Dani volvía a quedar clavado, de nuevo con otra sierra que volvió a sentir los dientes de los pejerreis que no dejaban de perseguirla mientras tratábamos de ponerla en seco. Curioso: no se veía ni la sombra de uno de estos carángidos tras las muestras, pero si aparecían cada vez que enganchábamos una presa que a ellos les parecía apetitosa... apatía, o predilección en ese momento por otra cosa que no fuese de plástico o hierro?


Y que más les voy a contar... Esto ha sido lo que han dado nuestras últimas salidas, antes y después del Rubicón Fishing. Han sido días como he dicho antes muy entretenidos, de nervios, adrenalina, sudores, gritos, tristezas, alegrías... un sin fin de sensaciones. También ha sido un placer haber compartido veril con amigos y compañeros de pesca con los que siempre hay risas de por medio.
Lo dicho, ahora volvemos a esas pescas de finales de otoño-invierno, con el frío tras las orejas y los calcetines mojados, tras sargos y lubinas. Volvemos a la rutina, con la suerte de que en breve tengo aquí de nuevo a los chicos de Seaspin, con el amigo Stefano preparado para volver a mojar señuelos. Espero poder pasar con ellos, y con el amigo Paolo algún ratito riéndonos cerca de la orilla. La última vez se fueron contentos pese a que las condiciones no fueron nada buenas, y esta vez ojalá todo vaya mucho mejor.
Como siempre, les cuento a la vuelta.

Pd: En nombre de la tripulación de la embarcación "Greca" (Francisco Lemes, Daniel Guerra y FemésElvira), les damos las gracias por las muestras de cariño y felicitaciones que hemos recibido por teléfono, foros, blog, correo... De verdad que se lo agradecemos de todo corazón.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Rubicón Fishing Jigging Record 2011, Campeones por 3º año consecutivo.


Por fin tengo un momento de tranquilidad, un lapsus en el que sentarme y pensar con calma pero sin mucho tiempo lo que ha pasado en estos últimos días. Hemos vuelto (de no tan lejos) del Rubicón Fishing Jigging Record, un evento que como recordareis y para quién no lo sepa, se orienta a batir records Igfa, y promocionar la calidad de nuestras aguas como destino deportivo. Eso es lo oficial, pero lo cierto es que no pasa de ser un magnífico encuentro de buenos y malos pescadores que aprovechan para verse las caras, charlar y pasarlo en grande disfrutando de tres días. Todo, enmarcado en la maravillosa Marina de Rubicón. Lo de los records y la competitividad se deja finalmente de lado, y simplemente creo que todos nos dedicamos a pescar, y pasarlo bien. Si cuando llegas resulta que la jornada ha marchado como esperabas, pues bien; de lo contrario todo se arregla con un buen refrigerio, charlas amenas, risas, fotos...  

Triplete.



Por tercer año consecutivo, Pachico, Dani y el que escribe nos hemos llevado el mayor premio, y esta vez lo hemos vuelto a hacer por la puerta grande. Nos alegramos enormemente, y casi no somos conscientes de haber conseguido de nuevo el 1º puesto en la clasificación general (por puntos), premio al mayor medregal (26,6kl), y haberle sacado al segundo clasificado el doble de los puntos totales que consiguió. Igualmente, fuimos la embarcación que más capturas consiguió. Lo dicho, que por tercer año consecutivo hemos conseguido salir con una sonrisa de oreja a oreja, pero esta vez de una forma que no esperábamos. Les cuento. Después de la clásica reunión del jueves, en la que se explican las normas, premios a batir, logística del evento y la clásica cena de recepción, llegábamos al viernes con una predicción de fuerte viento y olas de 2 metros. Nada aragüeño. A las 6,30 desayuno, y a las 8 todo el mundo arrancando motores con dirección a los puestos de pesca. Uno de los mejores momentos es ese en el que todos los barcos arrancan y ves como colosos y rápidas vuelan para llagar cuanto antes a cada zona.


 Increíble el nivel que año tras año se ve en este campeonato, que reúne a barcos increíbles de todos tipos, y varios de los mejores patrones y skipers que operan en las islas.

Nuestro plan era una vez más ir como siempre a las marcas que conocemos para tentar a las samas, abades, meros y medregales, y como siempre con las clásicas bicudas y sierras. Una de las claves creo de nuestro éxito es precisamente el conocimiento de las marcas que tocamos, y que en caso de no encontrar actividad en ellas, sabemos movernos y entender lo que ocurre en el fondo con la ayuda de la electrónica. Todos llevábamos equipos medios/pesados: 5 cañas Lamiglass Tropic Evo y Shimano Jigwrex, todas en 30 y 50lb, con 2 carretes Stella 8000 /20000,2 Saltigas Expedition y 1 Accurate870n, cargados con 50lb en los carretes medianos y 80 para los pesados. Empezamos la mañana buscando en fondos someros los espáridos y serránidos, y pronto al encontrar carnada y algo de actividad Pachico quedó peleando un hermoso jurel que dio en la báscula un peso de 5,5kl. Nos gusto como empezó el día, pero más nos iba a gustar al rato.
                                                                                 
Mientras escuchábamos por radio como algunos barcos conseguían hacerse con alguna sama y abade, nosotros nos movíamos buscando alguna concentración de actividad, cuando en una de las pasadas al marisco, escucho como detrás mío suena una chicharra endemoniada. Giro la cabeza y veo a Dani aguantando la caña y apretando freno. Increíble, el mundo se me vino encima de alegría, la adrenalina me recorrió arriba a bajo, y un escalofrío de miedo o temor nos recorrió a todos por dentro. Miedo y temor por perder la que sabíamos era un gran trofeo, una serviola dumerilli. Tras unos serenos pero interminables minutos de pelea, poníamos en seco con alegría un medregal de 26,6kl, que nos ponía con diferencia a distancia del resto de embarcaciones.


De verdad que no nos lo creíamos. Vamos a ver: por los antecedentes que tenemos pescando en esa zona que tocamos, y la confianza que nos daba haber ganado los dos años anteriores con diversidad de especies capturadas, sabíamos que capturas íbamos a tener, pero no pensábamos dar con un dume precisamente ese día. Teníamos una gran ventaja, pero ahí no iba a quedar la cosa para nosotros. Tras el maravilloso combate y la celebración, las felicitaciones y los abrazos de alegría, continuamos moviéndonos y tocando marcas, esta vez en el cantil de los 130 metros. Si mal no recuerdo, Pachico se hizo con una sierra, y yo con un loquillo, ambos rozando los 3kl.
De vuelta al poco fondo, comenzamos el baile de actividad con las samas, un total de tres (1 para Pachico y 2 para mí) que rondaron desde los 3 hasta los 6kl. Fue un día mucha diversidad y efectividad con las capturas.


También entraron en el juego las bicudas, casi todas ellas por debajo de los 2 kl, que volvían al agua sin llegar a tocar la borda del barco. Íbamos en busca de meros, ese preciado animalito que tan bien se nos había dado otras veces, y que daba opción a otro premio interesante, además de ser una preciada captura para todos. Y buscando buscando en el fondo, Dani de nuevo volvía a quedar clavado, pero esta vez con el primo del animalito que buscábamos. Precioso abade que subió para seguir alegrándonos el día.


Si mal no recuerdo, ahí quedó nuestro casillero aquél primer día: 48kl. Que les voy a contar...el primero día ya estábamos bastante por delante del resto, y eso si que no nos lo esperábamos. Teníamos un "colchón" de más de 30 kl de diferencia, y podíamos tomárnoslo con relajación al día siguiente, después de haber pasado una jornada muy dura de pesca, todo por culpa de mal tiempo que nos hizo sufrir durante la navegación de vuelta a puerto: más de dos horas de saltos, agua, frío... Pero sabíamos cómo iba a estar la cosa, ya íbamos avisados y predispuestos así que mentalmente, la paliza fue menor que por ejemplo la del año pasado.

Otros barcos también hicieron muy buenas pescas, logrando capturar buenas negritas de entre 4 y 6kl, samas, loquillos y un pequeño cazón. Pero pese a tener una buena ventaja sobre el resto, nuestro pan para el día siguiente seguía siendo el mismo: buscar buenas piezas, y ya que estábamos "montados en el toro", tratar de mantener aquél 1º puesto. Dicho y hecho. Durante la segunda manga no logramos grandes piezas, ni meros... pero si volvimos a ser uno de los barcos que logró capturas y mantuvo el nivel de la clasificación. Logramos hacernos durante el 2º día con dos sierras por mi parte, muchas bicudas entre los festines de carnada (tan sólo nos llevamos par de ellas que considerábamos pasaban los 2 kl) y una negrita de 6,5kl para Dani.


En total logramos hacernos con otros 14kl, los cuales sumados los del día anterior nos ponía muy por encima del resto de equipos en la clasificación final.

He de decir para quién no lo sepa o se extrañe, que el peso por persona y las estipulaciones para un evento de este tipo son las estipuladas y reguladas por la Viceconsejeria de pesca de Canarias(póco tenemos que ver los pescadores). Parte del pescado siempre es destinado al consumo de los participantes durante el evento, y el resto es destinado (todo en presencia de los participantes) a organizaciones no gubernamentales y beneficencias sociales. Aquel día, otros barcos lograron hacerse con algún mero de 6,6kl, varias samas de hasta 10kl(es nuevo record Igfa), y mucho pescado corto que no superaba los 5kl. Fue muy bonito ver como muchos de los mejores patrones y skippers de la isla, buenos pescadores de otras islas y la península se molestaban en venir a saludar y felicitarnos, y más increíble aún fue el llegar al muelle y ver como la mayoría de participantes y asistentes  aplaudía. Gracias a tod@s de corazón.

No hay palabras para explicar la alegría que sentimos, y la incredulidad que al mismo tiempo nos sobrecoge. Haber ganado 3 veces este evento de la forma que lo hemos hecho todos los años, nos hace pensar que llegados a este momento ya no es sólo suerte, si no que tal vez sea un premio y resultado a los años de pasión, dedicación y al buen ambiente que siempre reina en nuestras salidas embarcados ( eso es lo que nos cuentan, y es lo que finalmente creo). Hicimos de los dos días de campeonato, 2 jornadas habituales en cualquier día del año.

No pensábamos en ganar, tan sólo en pescar, y disfrutar de lo que sabemos y nos gusta. Nosotros no entendemos más que de artificiales, hace años que no tocamos carnada, ni cañas de curri... menos aún un carrete eléctrico. En el barco sólo suben cañas de Jigging y Spinning, y por ello, y la dedicación que durante todo el año empeñamos en estas técnicas, quizás sean los buenos resultados obtenidos. El factor suerte siempre estará ahí, eso es indudable, pero lo que si es cierto es que cuento con el mejor patrón de la isla (también gran pescador), y con uno de los mejores jiggers de Canarias, y lo mejor, es que el primero es mi tío y el segundo mi mejor amigo.


Nada más que contar señores, más que decirles que lo hemos pasado en grande, nos hemos divertido con buenos amigos y compañeros de pesca, y como siempre, hemos hecho amistades que en ocasiones merecen la pena. Me queda darle las gracias por supuesto a mis compañeros de equipo por ser como son (todos cumplimos con nuestra parte), y la enhorabuena a Dani por tan buen ejemplar de dumerilli. También quiero felicitar al resto de equipos, y sobre todo al Aura Marina (Rubicón Fishing), el cual cuenta con uno de los mejores patrones y skipers de la isla. Por supuesto igualmente tengo que darle las gracias Oscar Pinedo, dueño de Rubicón Fishing y organizador del evento, así como a Kumar y Lanis, los cuales son una parte importante para realización del evento.


Ya tenemos tres trofeos... El año que viene, con toda seguridad, asistiremos con las parientas, hijas... y líneas ligeras en carretes 4000. La idea será asistir, pero tomárnoslo con mucha calma tras records con líneas ligeras, una tarea que hemos dejado algo de lado.

Dejo esta entrada unos días, y me pongo manos a la obra con todo lo acontecido antes y después del Rubicón Fishing Jigging Record. Va de lanzado, y seguro que les gusta. Señor@s, cuídense mucho, y abríguense que hace frío. Saludos.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Momento de divertirse.

Estamos inmersos en una época loca. Entre visitas, salidas embarcados y encuentros mañaneros con amigos spinners, me lo estoy pasando en grande. Andamos liados, muy liados, y prometo que es tal la cantidad de material, que ahora mismo veo que tengo que ir soltándolo poco a poco, seleccionando, editando y sopesando qué y cuál es la que puede o debe dejarse ver(será una grata sorpresa). Ya les cuento más adelante, en la siguiente entrada el porqué. Me lo estoy pasando en grande, y de momento parece que la cosa tiene pinta de continuar

Rodeado siempre de buena compañía.

Durante el fin de semana pasado estuvo por aquí David, gran pescador y mejor persona, chicharrero de nacimiento y origen, que disfrutó de una fugaz y divertida estancia. Llegó el viernes, con el tiempo justo para preparar los bártulos necesarios para la salida de Jigging del día siguiente. El plan, dumerillis a primera hora, y samas y meros ya con el sol en lo alto.
Después del habitual madrugón, con el sol saliendo se dejaron ver los ansiados dumerillis, sucediéndose múltiples picadas que casi siempre terminaban en desanzuelado, pese a que probamos tanto con Sj41 13/0 y 11/0. Tan sólo David fue capaz de lograr hacerse con este bonito ejemplar de 30kl.



Por momentos la situación era una locura, con trancones continuos, nervios, improperios... Pasados los primeros momentos de la mañana, nos movimos tras samas, abades y meros, con los cuales y en parte tampoco fallamos, logrando levantar dos espáridos de 4 y 5 kl.



Tras ellos, llegó el habitual parón de actividad, si bien posteriormente aparecieron las bicudas, que atacaban y molestaban sin cesar a todos los señuelos. Como las bicudas era lo único que se dejaba ver en la sonda, decidimos movernos durante toda la tarde, tanteando piedras someras tras ese serránido regordón que tiene por primera tendencia correr hacía la cueva y dejarte clavado con cara de amargura. Y buscando buscando, nos encontramos una vez más con una de las situaciones más curiosas que recuerdo haciendo jigging, otra anécdota para recordar. A dos vueltas de manivela del fondo, quedo bien clavado. El animal cabecea, hace fuerza y me obliga a bajar la puntera, aguantando y frenando con la mano la bobina del carrete para evitar una posible huida hacia la cueva (pensaba yo que buscaba cueva). Durante los primeros segundos, era mero, y por la experiencia, gordo. Vaya palo, y vaya cara se me quedó cuando el animalito se acercó al barco.


Un enorme chucho negro (Taeniura grabata) de 20-30 kl, decidió atacar mi Aile fluor, y clavarse el Sj41 11/0 en la boca.


Al tenerlo junto al barco, fue un peligro el sacarle el anzuelo al bicho, ya que el aguijón que porta en la cola, con un simple roce podía hacer daño a los balones y amargarnos la jornada. Con cuidado y ayuda del bichero, logramos sacarle el anzuelo, y que volviese nadando por dónde vino.

Lo dicho, una anécdota curiosa y algo para recordar. Tras estos últimos lances al atardecer, pusimos rumbo a puerto, felices por haber cumplido en parte las expectativas que teníamos en aquella salida, en la que el amigo David quedó bastante contento, si bien y todo hay que decirlo, erramos más de la mitad de los ataque que tuvimos a los jigs, dejando escapar varias capturas de dumerillis y espáridos.

Spinning, buscando refugio. 

Al día siguiente, algo cansados del día de pesca anterior, decidimos tomárnoslo con más calma y pescar de tierra, buscando refugio de la mar de fondo y las olas que azotaban la mayor parte del litoral conejero. El viento no era malo, pero acercarse al veril desde tierra en esos días era cuestión de voluntad, y como queríamos aprovechar la corta estancia del chicharrero, eso hicimos. No hubo mucha acción, si bien disfrutamos de un bonito día, un entorno precioso y unos cuantos ataques y capturas que activaron el sosiego al que nos veíamos sometidos por momentos. Algunos pejerreis mini se atrevieron a atacar a los Bujinu y Mommotti, y tras las fotos todos volvieron al agua, si bien uno de ellos tuvo que ser sacrificado debido a las heridas sufridas en uno de los ojos.


También hubo tiempo de darle al lanzado en alta mar al día siguiente, aunque esta salida duró menos de lo esperado. Teníamos un plan en la cabeza que tuvo que ser sustituido por la inclemencia del tiempo, que con grandes olas y viento hizo bastante dura la pesca. La idea que teníamos era trabajar la superficie tras los dorados, y finalmente tuvimos que abandonar antes de tiempo. Solamente un precioso ejemplar de unos 7-8 kl atacó otro Bujinu color verde-plata (un color precioso que me acaba de llegar), el cuál puso en peligro nuestra integridad en el barco (peligro de clavarse un triple), y la de la propia embarcación, ya que entre saltos y coletazos del animal ( al sentir hierro, se vuelven locos) hubo que inmovilizarlo para evitar que produjese algún daño en los globos (punto en contra de estas embarcaciones).


Hasta la semana que viene...

Lunes, Martes, Miércoles... Estos son los días que me quedan para volver a pescar. Viene mal tiempo estos días (cosa que agradezco), y yo los tres primeros de la semana los voy a dedicar a preparar assist, bajos, nudos, bolso, cañas... y esperar mi Evo 30lb de jigging para el Accu, equipo al que le voy a dar mucho uso a partir de ahora. Llega el Rubicón Fishing Jigging Record, y durante Jueves, Viernes y Sábado estaré perdido por Playa Blanca, pasándolo bien y disfrutando junto a Dani, Pachico, amigos y muchos pescadores de un encuentro magnífico. Ya les cuento a la vuelta como fue todo, y nos ponemos con el resto de las fotos de esta semana (vale la pena la espera, son increíbles), y a no ser que haya algo notoriamente importante que contar, no contaremos más hasta el próximo fin de semana ya que como dije, todavía tengo que terminar de editar las imágenes que quedan pendientes y preparar los bartulas de pesca para esta semana.
Hasta dentro de unos días...