martes, 1 de enero de 2013

Adiós 2012, Bienvenido 2013

Ha terminado un año complicado.... crisis, más crisis y muchas cosas desagradables son las que cada día tenemos que aguantar. Que si más impuestos, que si la tasa de paro sube, la bolsa baja, el otro roba, no sé quién asesina...y entre tanta basura y pocas alegrías, muchos aún logramos encontrar momentos felices junto a amigos, familia y seres queridos.

Lo suelo hablar costantemente con clientes, en esas conversaciones que a veces no llevan a nada, rodeados de cañas, carretes y señuelos: un pescador deportivo, ante todo, debe salir a pescar únicamente por diversión, relax y afición. Atrás deben quedar esos prejuicios y falsas ideas de que si no nos manchamos las manos de escamas y sangre, no hemos cumplido nuestro cometido pesquero. Nuestra verdadera razón por pescar deber ser la de disfrutar, relajarnos y evadirnos de todos esos problemas. Momentos mágicos junto al mar, en los que la adrenalina se dispara en muchas ocasiones sin tener necesidad de sacar un animal. Recordemos aquella persecución, aquellos estallidos múltiples durante una sola recogida, o el día que aprendimos a mover correctamente ese señuelo que posteriormente nos ha dado tantos y tantos éxitos. Fueron buenos días, y no salio ese animal con que soñamos.

En fin, que este 2012 ha dejado muy buenos momentos en cuanto a la pesca se refiere. Hace años que cambiamos el chip, que desapareció el ansia descontrolada...pero por mucho tiempo que pasa, seguimos sonriendo como niños al ver algo nuevo, y muy ilusionados cada vez que se nos presenta una mínima oportunidad de grabar en la mente un momento inolvidable a pocos metros del agua salada.

Hace ya unas semanas que circula por la red el siguiente vídeo, pero como siempre el tiempo es poco, y el trabajo mucho, por lo que he tardado más de lo que hubiese deseado en colgarlo por aquí. Es un pequeño resumen de lo que ha sido este año que ya ha terminado para nosotros en cuanto al lanza y recoge. Pejerreis, sierras, jureles, medregales, dorados, bicudas, abades, lubinas, bailas, samas, bocinegros, cabrillas, sargos, galanas, agujas... todos ellos han sido plato de diversión durante este año.
Espero que les guste lo que en parte ha dado de sí el spinning conejero para nosotros.

Como siempre, dar las más sinceras gracias a Seaspin y Jigfisher ( también a Bucktail Lures), empresas que ponen en nuestras manos materiales de primera calidad para probarlos, y disfrutar de ellos haciendo lo que más nos gusta: pescar.

Por otro lado, decir que a pesar del poco tiempo que dispongo ultimamente, y de que el tiempo en parte ya empieza a hacer la puñeta, seguimos trotando por las piedras buscando cosillas nuevas.
Han llegado los alisios, combinados con suaves vientos sureños que abren ocasionales ventanas, por lo que en breve habrá que volver al vadeo y a la búsqueda de lobas y sargos, una de las pescas que más me gustan por la forma que se desarrolla y todo lo que conlleva.

Mientras me voy animando a ello, paso algunas horas pateando y desconectando del mundo, tentando en diferentes zonas y diferentes formas, tras diferentes bichos. Algo ha salido en estos días atrás durante esas mínimas ventanitas que se me van abriendo.

Pequeño jurel capturado con el Leppa Jig de Seaspin, un señuelo a simple vista maravilloso, fácil de usar, polivalente en cuanto a movimientos y acciones... No es precisamente de los más baratos (rondando los 12€), pero a su favor hay que decir también que viene montado con un anzuelo sencillo Gamu Hook y una anilla de hasta 180Lb. Esto marca la diferencia con otros señuelos: con respecto a los triples nos posibilita hacer menos daño a las capturas y poder devolverlos en mejor estado si usamos anzuelos simples, disminuimos el peligro de enroque y por tanto de perder el señuelo, y nos ahorramos tener que comprar el pack anzuelos-anillas(reconozcamos que las anillas y triples que suelen traer los jigs de fábrica son lamentables). No voy a dejar de usar otros señuelos, pero si he de reconocer que en estos hierros hemos encontrado míchisimas bondades. 

Este pequeño jurel fue casi lo único que salió durante la última mañana que dediqué al lanza y recoje desde las rocas. He de decir que ni madrugué, ni me esforcé siquiera en planificar y escoger la estrategia aquel día.
Al llegar al pesquero, ausente de espuma aquel día, lo primero que pude observar fue un enorme bando de unas 20/30 lubinas en las olas que se montaban justo al pié del escalón que tenía a pocos metros de mí. Vinilos, minnows, paseantes, jigs y bucktails pasaron junto a ellas, pero no hubo suerte. Iban y venían dejandose ver a pocos metros de la orilla y por experiencia, estaban más en actitud de reposo y paseo, que de caza. Al menos sé que ya están por ahí...

Y como con las lubis no había suerte, cambié de estrategia: con viento de espaldas, olas que rompían justo en la orilla, un escalón a unos 40 metros de distancia que caía a lo oscuro... lo que más me apetecía era ver un animal perseguir un señuelo, y ver estallar el agua. Así que deposité toda mi confianza al señuelo de superficie que más alegrías nos ha dado en estos últimos años: el Pro Q de Seaspin.

Otras par de horas de pateo y lances, hasta que al fin logré evadirme de todo a mi alrededor, centrame en el señuelo, las olas y el ruido del agua. El entorno y yo, hasta que las aguas se abrieron.
Durante unos 30 metros y hasta en tres ocasiones el señuelo voló por los aires hasta que al fin desapareció bajo el agua tras una capa de espuma.

 He de reconocer que me apasiona la pesca en superficie, concretamente con paseantes en esos días de calma y tranquilidad, en los que el único ruido es el del mar, y el único pensamiento es el de ver nadar correctamente el señuelo, y verlo desaparecer. Una vez más, el Pro Q me dio la alegría del día, y la Shitenno de Xzoga una pelea divertidisima.

En unos minutos muy divertidos, puse en seco sin problemas un pejerrei de unos 6 kl, que para mi desconsuelo y el de la cámara de vídeo, no pudo ser liberado, cosa que de verdad me repatea. El resto del patio canario suele ser plato de degustación en el hogar cuando procede, pero el pejerrei siempre me ilusiona soltarlo y saber que siguen estando ahí, que siguen reproduciendose y haciendo de las suyas en "el bajo".


Así que como decíamos al principio, vamos a seguir como hasta ahora, al menos por mi parte. La idea es seguir aprendiendo y mejorando, haciendo amigos, trabajando duro y disfrutando de cada momento como si fuese el primero, como si fuese el último...
Mis mejores deseos para todos ustedes que hacen que este espacio siga vivo; de verdad espero que este año sea cuanto menos un poco más halagüeño que el que despedimos, y que sobre todo, sigamos disfrutando de esos momentos mágicos junto al mar, soñando con aquello que más deseamos.


Saludos, y feliz 2013.