viernes, 26 de febrero de 2010

Cuando los gatos son todos pardos...

Todos sabemos que hay ciertos momentos del día, que coinciden con repuntes de marea, alineaciones lunares, termoclimas... y no sé ni cuántas más historias con fundamentos científicos que hacen que la pesca que practicamos sea más efectiva. En nuestra mano está siempre saber y poder juntar esos indicadores... Aún así hay días en los que el pescado solo ataca por el aburrimiento de ver nuestras muestras una y otra vez ir de acá para allá, y si es que lo hace.
Pero de todos esos momentos del día, de las oportunidades que nos brinda el mar para arrebatarle agluno de sus frutos, hay dos mágicos, dos que normalmente siempre deparan alguna sorpresa interesante: cuando todos los gatos se vuelven pardos.

El atardecer...
Creen los que conforman la comunidad pesquera deportiva (la profesional es otra historia) que la última hora de la tarde, y a primera hora de la mañana son los momentos en los que los escamudos atacan nuestras muestras con mayor soltura que en horas de mayor exposición solar. Y no es mentira.
Si hablamos de pesca artificial, que es lo que nos toca, podríamos pensar que son momentos en los que nuestros señuelos "confunden" a los instintos del pez, y provocan el esperado ataque. Si además esos momentos coinciden con indicadores como repuntes de marea, presencia de carnada, o época de fresa, el éxito está practicamente asegurado. Tampoco se trata de llegar al puesto y empezar a sacar un pez detrás de otro; no es lo que nos ha ocurrido en esta ocasión y tampoco suele ser lo más habitual.
Ésta semana nos hemos puesto de acuerdo Dani y yo para aprovechar las bonanzas que nos regala el invierno. Agasajados por suaves y constantes vientos del sur-este y mar de fondo del oeste, nos disponemos a sondear fondos de 100 a 135 mtrs, una vez más detrás de las samas y los medregales. Tenemos ganas de tocar piedras someras en busca de abades, pero tal bonanza y las tres horas que nos quedan de luz nos hace desistir de ésta idea y ponemos rumbo al horizonte, a por la hondura...
Le damos a las varas en silencio, concentrados esperando el jalón durante una hora, sólo el sonido rítmico y acompasado de los carretes interrumpe el silencio mar a dentro... Sólo nos queda esperar a que termine de bajar el sol. No tarda en llegar la primera prueba.
Llego al fondo, doy tres vueltas de manivéla y quedo clavado en seco. Como siémpre, intento cachetear, pero la picada ha sido bruta y me quedo aguantando la caña...ni para el ni para mí, se ha clavado sólo. Comienza la carrera al fondo, tengo que bajar algo la puntera y calibrar el freno del Expedition y en mi mente se dibuja ese medregal que se nos resiste desde hace ya un año... Pero no, se deja traer y da unas cuantas carreras con fuerza pero no tiene pinta de "toro". Comienzan a surgir las dudas cuando asoma algo rojizo en el fondo... y emerge esta preciosa sama que marcó poco más de 11 kl en la pesa. Todo un espárido.
Tristemente, eso fue todo lo que dio la tarde, continuamos intentándolo en busca de posibles compañeros de mi presa hasta que la oscuridad nos lo permitió pero nada, así que, ponemos rumbo a puerto.

Y el amanecer...
Dani se ha quedado con las ganas, a mi me hubiese acorrido lo mismo, en eso nos parecemos. En eso y en otras cosas, por eso creo mantenemos una relación casi de hermandad. Buen corazón.
Total, que como tengo obligaciones domésticas pendientes que no puedo esquivar, el patrón del el "Oriolano" decide embarcarse sólo por la mañana e ir de nuevo a tentar a las samas donde ayer...
Suerte que tiene, clareando el día según me cuenta y después de unas pocas derivas, clava en el fondo pero se suelta...continúa recogiendo y en dos vueltas de manivela queda fuertemente pegado con un pez que de nuevo le hace pensar en los dumerillis. Comienza la brega, imagino bastante parecida a la mía el día anterior y pone en seco, con la dificultad que supone no tener más ayuda que la tuya misma, este precioso espárido de más de 12 kl.
No pierde mucho el tiempo, se coloca de nuevo en la marca sigue dándole, imagino que con una satisfacción y relajación que sólo produce el verte sólo en alta mar, disfrutando de la pesca y con un bicharraco en la bañera.
Y claro, entre deriva y deriva y tanta relajación no era de extrañar que el señorito se topase con la sobrina de la que ya había luchado. Otra sama, ésta de unos 5 kl se deja engañar por los movimientos de Dani con los hierros y rapidamente es puesta en seco. Ahora sí que estaba feliz, y yo me alegro por él. Una pena lo de las vejigas natatorias de éstos bichos...
Que nos quiten lo bailao.
Nada más se ha dejado ver en estos días en los que hemos intentado mojar señuelos en la espuma y en puntas detrás de robalos y alguna sierra y jova que nos alegrase el día y salvase los bólos sufridos, sin obtener resultado alguno...
Volveremos en estos dias a embarcarnos rumbo a lo profundo, con nuestra tranquilidad, nuestras bromas, risas, nervios... en búsca de esa paz y desahogo que nos produce la pesca con señuelos artificiaes (el curri me parece un tostón).
Ojalá sigan habiendo cosas buenas que contar.
Saludos a todos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Mientras tanto...colores.

Es época de quejarse. Entre la crisis y el temporal que asola a toda la geografía nacional no nos queda otra.
Por aquí seguimos alternado días horrorosos de pesca, bien sea por la inclemencia del tiempo o por la ausencia de actividad, con días regulares en los que alguna grata sorpresa ha caído en mis manos. Mucho pateo, horas de pesca invertida y pocos resultados con forma de pez. Lo dicho, hay quejarse...

Colores 
Nos quejamos, nos amargamos por el temporal y por lo extraña que está siendo la actividad del pescado en éste comienzo de año. Todo es gris, no hay color ni sensación de bienestar. Lo único que nos entretiene y ocupa el tiempo que nos dejan las obligaciones laborales y domésticas son los momentos de preparar y dejar a punto el material de pesca. Entonces todo se vuelve de colores. Colores..., pienso.
Eso alegra la vista, la vida...y nos hace soñar con esas capturas que todos deseamos. Poco a poco van llegando por aquí nuevos artefactos, con formas, colores y acciones variadas. Señuelos procedentes de Japón, Australia, EEUU...que aunque caros, enamoran a primera vista y nos cautivan con sus movimientos.
Vienen para unirse a la tropa de señuelos que ya poseemos, pero sobre todo, para marcar la diferencia en momentos en los que otro señuelo "convencional" no nos depara buenos resultados.
SASHIMI: Un señuelo de Yo-Zury que ha conquistado mi corazón. Es un señuelo "partido", de dos secciones pero con un efecto lateral extraordinario. Pesa 19 gr y mide 100mm, y en principio, después de uno cuantos chapuzones que se ha dado, me parece que tiene una capacidad de lance suficiente como para ponerlo justo ahí, donde hace falta... Su mayor virtud, a mi parecer, es su capacidad para cambiar de color de azul a dorado-naranja según el ángulo de iluminación que reciba. Los detalles, inmejorables.
IMA KOMOMO SF-125:
A simple vista me parece un señuelo raro, con esa "cara cortada", un cuerpo tan esbelto y fino... Conmigo sólo ha tenido la fortuna de tocar agua en pocas ocasiones, con mucho movimiento en el agua pero sin nada de viento, y las conclusiones siguen siendo escasas. No le encuentro un movimiento "eléctrico" ni vibrante en superficie, no he conseguido ponerlo dónde quería y para más desgracia mía, el color blanco-perla, que de momento es el único en el que se puede conseguir el Komomo por éstos lares, nunca ha sido santo de mi devoción y nunca me ha demostrado que funcione mejor que otros colores en idéntica situación. Cosas de la pesca.
De momento, aguarda en su cajita esperando causar estragos en la espuma... 16gr. en 125 mm de cuerpo.
IMA GYODO 130MD Y
NABARONE DUO:
Ya lo he dicho otras veces: el Gyodo es de los mejores señuelos que he probado. Echo en falta por las tiendas de aquí artificiales como éste, con 22gr de peso en sólo 13cm de cuerpo. Un señuelo de tamaño "normal" pero con bastante capacidad de lance. Sencillamente, para el peso medio que tiene y los acabados inmejorables que posee, es perfecto para poder usarlo en diferentes escenarios, situaciones... Todo lo bueno que pueda decir de éste señuelo es poco. La pena, su precio, como todo los Ima, por lo que hay que cuidarlos y saber cuándo usarlos.
En cuanto a los Nabarone, al igual que sus primos de IMA posee unos acabados perfectos, algo delicadas las holografías quizás, pero desarrolla unos movimientos en el agua más que perfectos. La pena, su peso, que sólo deja usarlo en condiciones óptimas de pesca: 15 gr en 12´5cm.
DOLCE 125F: La casa DUEL  nos brinda éste señuelo nuevo, estilizado y que para nada busca la simetría en su forma, con el fin creo de acertar en un movimiento lateral correcto. Aún no ha habido tiempo de ponerlo a prueba, pero sus 125mm y 19gr. de peso prometen buenas sensaciones. La holografía y los detalles en éste señuelo, como no podía ser de otra forma por parte de la firma japonesa, perfectos.
MAX RAP:
La marca RAPALA nos ha hecho llegar éste señuelo, alargado y fino, muy estilizado. Profundiza poco más de medio metro y su movimiento es exquisíto con aguas no muy revueltas por la corriente, en malas situaciones no sé como irá ya que sólo lo he probado en dos ocasiones sin haber puesto mucha fe en ellos. Pesa solamente 15gr, y el sistema de contrapesos no ayuda mucho a que esos 13 cm de señuelo vuelen demasiado lejos. Los acabados tienen buena pinta, aunque creo que otros señuelos harán que éstos no se mojen mucho. Una pena, par de gramos más le hubiesen venido de perla...Y eso que en la caja pone: Maximun Casting Distance...
SALTIGA 12LD:
DAIWA siempre ha puesto a nuestro alcance señuelos y material de alta calidad. Tengo la convicción de que los productos de ésta marca nipona son siempre de lo mejor, y en el caso de los señuelos destacan los Saltiga. Sus 15´5gr en apenas 12 cm de cuerpo lo hacen un buen volador y excelente nadador. Por aquí han dado alegrías con todo tipo de peces, y tiene hueco de titular en la caja de señuelos "ligeros". La pena, como siempre, el precio...que por aquí no baja de los 22€ (algo menos que los IMA).
Como siempre, algunos acabarán en el fondo del mar, enrocadas en una piedra u olvidados en alguna esquina del armario. Otros ya han demostrado que merecen hueco en la mochila...

Buscando en la espuma
 Entre tanto temporal que nos tiene a muchos practicamente apartados de la mar, siempre hay un hueco en el tiempo, en la meteorología y en nuestra vida que podemos aprovechar para probar cosas nuevas.
Continúo con mis pateos en busca de sorpresas, yo sólo, acompañado unicamente por la motivación que me obliga a pasar frío y mojarme más de la cuenta. Ya dije que había que quejarse.
En medio de tanta ola, espuma... ¿dónde están nuestras presas? Hay que buscarlas, el que quiera lapas, que se moje el culo...
Pues sí señor, éste precioso sargo decidió atacar con rabia el señuelo que pasó junto a él, quedando bien prendido por los triples. Después de una hora de pateo pasando un frío de narices, observo cómo delante mía hay una zona que tiene buena pinta. Puede haber algún bicho por ahí escondido...pienso dentro de mí... Un lance y zaaassss! Sargo kilero.
Después de un buen rato más caminando y lanzando, no hay señales de vida y comienza a llover...me retiro a casa a descansar. Mañana es otro día y pienso continuar con mi rutina de pateos.
Al día siguiente todo está más en calma: el viento ha bajado considerablemente pero la fuerza del mar y el tamaño de las olas no lo han hecho. Pienso en un puesto que puede estar algo a salvo de tanto "tsunami" y que tengo ganas de volver a probar, ya que la primera vez que estuve allí las condiciones no eran las más ideales y hoy parece que sí puede ser el día. Al llegar, compruebo que al pesquero aún le falta agua, la marea viene llenando y decido comenzar a lanzar probando por toda la zona. Nada, ni una sombra en el agua.
Veo una piedra a mi lado que sobresale algo a la superficie y se forma mucha espuma detrás, decido lanzar por allí y es al tercer-cuarto lance cuando ésta "lulu" de poco más de dos kilos decide atacar rabiosa uno de los señuelitos. Una pelea bonita se sucedió, pues le di algo de vida con el freno poco tarado para que no se me soltara como me había ocurrido días atrás, y lo que conseguí fue que diese unas carreras muy guapas delante mío, a menos de tres metros. Una gozada.
Lo seguí intentando por la zona, pero tampoco hubo más suerte. Retirada.
Y esto es todo lo que ha habido, mucho frío, viento y lluvia, unida a alguna esporádica captura.
En cuanto al Jigging, sólo hemos tenido la ocasión de escaparnos de las parientas dos veces, una que se saldó con un bolo en unas tres horas de pesca a última hora de la tarde y otra en la que sólo un sierra quiso dejarse ver en nuestra bañera por parte de servidor. Raúl, la próxima seguro que hay más suerte.
Saludos a todos.

sábado, 6 de febrero de 2010

4-4, Buen Spinning

Y por fin dimos con ellas.
Sabíamos que el viento iba a ser el ideal, que la fuerza de mar era soportable pero venía subiendo para la tarde, con la marea llena. Y sabíamos que no nos ibamos a encontrar a ningún ser humano en cientos de metros a la redonda, por lo que podríamos caminar y tocar las piedras que quisiéramos sin problemas.
Todo pintaba bien el día anterior por la noche mientras planeábamos nuestra salida, el único inconveniente, que la actividad del pescado los días anteriores no había sido de lo más alegre que digamos... Aún así, tenemos ganas de ir a por los sierras, que andan haciendo de las suyas algo alejadas de la costa junto a parientes mayores, y los pejerreys,que sabemos que también están  por la zona.
Nos ponemos en marcha a las 7 de la mañana, con nuestros imprevistos de siempre. Un cortado de camino mientras compramos agua y unos bocadillos serán nuestro sustento energético durante el largo día que pensamos pasar el compañero Daniel y el que escribe.
Llegamos al pesquero y después de situarnos comenzamos a lanzar, primero con artificiales de superficie por si hay alguna grata sorpresa que nos ofrezca esa imagen maravillosa que muchos conocemos. Pero nada, parece que los popers y paseantes no son del gusto. Tengo en la mente imágenes frescas de ataques pasados a los popers y me cuesta sustituir el artificial, pero que se le va a hacer.
Después de cambiar de señuelos y seguir lanzando durante un buen rato, comprobamos que la inactividad reina en el agua, pero sólo en la orilla...
Vemos cómo las gaviotas comienzan a marcar carnada en superficie, y de pronto aparecen estallidos brutales... Mientras hablo con Dani muy excitado, me acuerdo del compañero Abe, que un día antes comentaba el idéntico espectáculo que estaba viviendo desde la isla vecina. Rabiles, parecen ser, imagino que los sierras estarán en medio de todo el festín, pero los estallidos en el agua, vistos desde 500 metros de distancia no eran de bichitos de 4-6 kl, eran de tarugos de no sé cuantos kilos.
Pero bueno, decidimos olvidarnos de los atunes y nosotros a lo nuestro, y como no han habído persecuciones ni ataques en más de dos horas de pesca, decidimos cambiar de lugar y situarnos en una zona más espumosa. Una decisión acertada, ya que al poco de llegar y después de unos lances, comienza la fiesta por mi parte:
Tengo un trancón en la espuma, me he empecinado en pegar una anjova y por momentos pienso que la tengo cuando el bicho comienza a sacar hilo y se mete entre la espuma. Poco a poco recupero y me doy cuenta de que es un sierra, entradito ya en carnes. Rápidamente y con la ayuda de Dani lo ponemos en tierra. Se respira alegría. Hace poco me quejaba de que no estaban entrando a spinning desde hace ya tiempo y los que lo hacían eran ejemplares de poco más de un kilo. Ahora estaban aquí, cerca de tierra y posiblemente rondando la zona, así que no había que perder mucho tiempo.
Seguimos lanzando y en dos minutos el compañero me grita y veo como se dobla la caña con el hilo marcando el peje a pié del veril. Estos bíchos luchan mucho cuándo están justo bajo tuya y aún les queda fuerzas.
Otro más que es puesto en tierra sin mucho esfuerzo...  Era impresionante ver correr a estos peces tan agresivos por los bajos frente nuestra. Éste sierra, justo antes de ser puesto en tierra, dejó los restos de su comida en el agua, para deleite de los sargos de la zona. Sargos kileros y negros...por momentos la exaltación era tal que no sabía si tentar a los sargos con otro artificial echándoles trozos de bocadillo, a falta de engodo. Pero no, había prisa y no cambiamos de señuelo durante toda la jornada.
La locura era tal, que sólo perdíamos tiempo para desanzuelar el pescado, sacar fotos y devolverlo al mar en las mejores condiciones posibles. Corre para arriba, vuelve para abajo... y otra sierrita para servidor:
Los paréntesis de actividad de los sierras eran de unos cinco minutos, lo que nos daba tiempo para calmar los ánimos, comentar las jugadas  y preparar la próxima pelea.
A mi izquierda hay mucha espuma, y decido lanzar hacia esa dirección con la esperanza de encontrar alguna anjova. Después de unos lances infructuosos por mi parte, Dani de nuevo canta picada y me señala con nervios un bando de sierras justo debajo nuestra, intentando coger la muestra que tenía prendida a su parienta.
La pena era que justo mi señuelo estaba en el quinto pino en esos espumerios. Decido recoger volando, tan rápido cómo puedo para poder lanzar donde están los sierras. Creo que hasta la muestra venía fuera del agua cuando...zaasss! Estamos de suerte, algo frena mi muestra y comienza a cabecear, pero lo recupero rápido. Era una locura ver mi pejerrey saltando fuera del agua y la sierra del compañero corriendo, tuvimos que hacer peripecias para cruzar correctamente los hilos. DOBLETE.
 
La alegría me recorría todo el cuerpo, y creo que al compañero Daniel le ocurría algo parecido. El día se veía de otro color, con otros ojos... Hacía ya tiempo que no tenía un día tan "loco".













Casi nos estresábamos entre pegada y pegada, había que varar el pescado en muchas ocasiones con la ayuda de las olas y acercarse mucho al borde de las piedras era en ocasiones  algo "peligroso"..Ya serían las doce del mediodía cuándo otra sierra de unos cuatro kilos decidió terminar de destrozar mi señuelo, machacado ya por las dentelladas de los sierras y pejerreys. Lo curioso de ésta jugada fue que Neptuno nos brindó otro doblete, este a la inversa.
Un pejerrey, algo más grande que el mío, ataca el señuelo del compañero y se vuelve a liar la de dios con los hilos cruzándose a pie del veril. Con algo de pericia, Dani consigue poner en seco al carángido y rápidamente acude con el jamo (sacadera) en mi ayuda.
Cansados, molidos y quemados del sol veraniego del que disfrutábamos, servidor optó por descansar un poco mientras Daniel continuaba insistiendo en un pesquero nuevo. La actividad había descendido, pero aún había posibilidades y no estaba dispuesto a desaprovechar la oportunidad...
Unos cuantos lances y otra vez tengo que correr con el jamo a echarle una mano. La fuerza de las olas ha subido bastante con la pleamar y la cosa pinta fea. Ésta sería la última captura.
4-4 fue el marcador final. Tres sierras y un pejerrey para mí y otras tres sierras y un pejerrey para Dani.
Y nada más, como somos unos cabezones lo intentamos en otras piedras por probar suerte, pero pusimos rumbo a casa sobre las 3.30 de la tarde.
Ya sólo nos quedaba descansar y contarnos las batallas del día, los momentos vividos...y esperar a que pronto se repitan jornadas como ésta. La compañía, como siempre, de las mejores.
Saludos a todos.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Marcando objetívos.

Del Spinning...
Después de una semana poco movidita en cuánto a pesca y a pateos por la costa, como siempre, toca hacer balance. Creo que no me equivóco si pienso que hemos empezado el año con buen pié.
En cuanto al Spinning, siguen saliendo los peces que nos proponemos encontrar. Con la ayuda de Juan Luis, Paolo y muchos otros compañeros, poco a poco se van cumpliendo los objetivos marcados. Ha habído tiempo para visitar esos pesqueros imposibles, esas piedras en las que normalmente no sueles encontrar a nadie y en las que la mar bate con tal rabia que no merece la pena jugarse la vida por un pez. Igualmente, han habido bolos...y unos cuántos. También la "sarna" me persigue. Justo cuando mejor ha estado la mar, cuando parecía que todo era perfecto para estampar en la mente una jornada inolvidable de pesca, me he marchado para casa con un cero en la frente mientras me llegaban mensajes y noticias de buenas péscas que estaban haciendo otros. Que se le va a hacer.
No ha habido mucho tiempo para estar pegado a la marea, el mal tiempo y las obligaciones lo han impedido, pero dentro de los objetivos marcados, he tenido suerte con esta pieza. Pequeña, pero aparte de muy bonita, significativa, ya que es señal de nuevo pesquero. Ya lo había intentado por allí sin éxito, pero estoy convencido de que aquel "no era el momento"...
Una pena que se tragara casi por completo el 130md de Ima, un señuelo que me tiene enamorado por completo. El segundo y tercer triple se clavaron en mala zona, y la recuperación del mismo se me hizo imposible.
Por lo demás, sólo algún pejerrei pequeño ha dejado asomar su morro por la superficie, para desanzuelarse antes de llegar a mis manos. Espero que pronto se dejen ver cerca de la orilla los sierras y las anjovas entraditas ya en carnes.

Jigging, otro objetivo, otro pez...
En cuanto al Jigging, sólo he teníio la ocasión de acompañar a mi tío Pachico en una incursión mar a dentro. El objetivo: Los grandes medregales.
Sabemos por nuestra experiencia y por la ayuda que recibimos por dónde se mueven, en qué piedras y en qué momentos pillarlos. Tenemos pequeños indicios. Pero claro, en esto todo puede cambiar y siempre te puedes llevar una sorpresa. De momento las sorpresas no son tan gratas cómo quisiéramos. 
Salen medres, loquillos pequeños y medianos en su mayoría, pero ni rastro por nuestra parte de las dumerillis. Sabemos de pescadores que al vivo o con carnada si los han pillado, pero a jigging...cero. Éste pequeñín salió sobre las 9 de la mañana, después de varios ataques fallidos que no concluyeron en buenas clavadas. Curiosamente, desde tierra no tenemos suerte con los sierras, pero a jigging se dejan ver con asiduidad bajo nuestra quilla.
Seis o siete salieron en total, y muchas de ellas fueron directas al mar a seguir con lo que estaban haciendo. Otros compañeros que estaban por la zona también estaban al trapo con los sierritas. Muchas veces nos quejamos de ellas, y de las bicudas, pero soy de la opinión de que sin ellas posiblemente la pesca con artificiales en Canarias sería bastante aburrida en muchas ocasiones, por lo menos por las aguas en las que me toca pescar.
Son unos pequeños misiles, rabiosos y peleones, que con un equipo mediano-light dan mucho juego y gusto de lucharlas. Habría que imaginarse a nuestra Sarda sarda con un peso de 15-20 kl. 
Por lo demás, solamente algún medregal kilero y alguna cabrilla han querido dejarse engañar por los hierros de mi bolso. 
Si todo sale bien, estos días volveremos a intentarlo. Volveremos a visitar los fondos "profundos" en busca de bichos malos malos malos... Tengo miedo por mi espalda, la hernia discal sigue ahí, pero las ganas pueden un poco con la precaución que debo tener. Espero que haya suerte, no me pase factura y pronto pueda contarlo por aquí.
Un saludo para todos.