lunes, 29 de noviembre de 2010

Casi tropical, 100% en superficie.

Al igual que en los nortes españoles, a las Afortunadas también ha llegado el frío, la lluvia y el viento. La nieve queda reservada y restringida a las islas más occidentales y con mayores elevaciones montañosas, en nuestro caso volcánicas. Hay un "fresco" del carajo, ha llegado el primer temporal del invierno y ahora esperamos a que se calmen las aguas. Pero antes del temporal, hubo calma.
Una calma que creo que todos aprovecharon en este archipiélago y que en parte yo me perdí. Pero sólo en parte.

Fuerza, velocidad, espectáculo, belleza...

Todas estas son cualidades que cualquier pescador desea que desarrolle la pieza que quiere, o tiene enganchada.
Aquí en Canarias, haberlos los hay, pero no es mentira eso que cuentan de que cada día esta más complicado, que esto no es como antes, y que a día de hoy tienes que tener bastante suerte, y conocer, para hacerte con piezas interesantes.
Este año, además de los esporádicos petos, meros, dumerillis, rivolianas y samas XL, han entrado en abundancia los dorados.

Se supone que estos animales se acercan a principios de otoño a nuestras costas, pero este año como decíamos en la entrada anterior, ha sido sorprendente, por el número y el tamaño. Ni se acercaban tantos, ni tan grandes.
Antes de empezar con las batallitas, sólo me enrollare algo más para decir que son animales que sobresaltan el corazón cuando aparecen tras las muestras con ese azul turquesa, que suben la adrenalina hasta límites insospechados cuando sacan decenas y decenas de metros del carrete, mientras tratan de safarse del señuelo con imponentes y repetidos saltos. Incluso el momento de la varada es crítico debido a la tremenda viveza que demuestran, teniendo en cuenta nuestros característicos riscos y terreno volcánico. Vamos, que entre pejerrei de 12 kl, y dorado de 6, estoy ahí ahí...
En fin, que nos lo han echo pasar en grande, y hemos aprendido y disfrutado de algo nuevo. Entiendo, muy minimamente, lo que ha de ser el trópico puro y duro... No tardare.

Antes del baile.

Me perdí el día más importante, ese en que no se movía ni una hoja y los paseantes, popers y pencils podían ser manejados al antojo. El día que esperaba. Pero tuve que trabajar. Corrieron, y me hicieron llegar las nuevas sobre lo acontecido aquel día por parte del amigo Daniel, por lo que esa misma noche ya teniamos todo preparado para un día "full" de spinning.

A las 6 de la mañana del día siguiente ya estábamos en el pesquero, el amigo Daniel y el que escribe. Hoy compartimos veril con Oliver y Nauzet, spiners y amigos. 4 cañas montadas con señuelos de superficie, y una con un minnow de reserva. Hay algo más de fuerza y brisa, pero está ideal.
Sabemos que los dorados no suelen hacer acto de presencia tan temprano, por lo que nos ponemos manos a la obra tras sierras, bicudas y pejerreis, que de momento no se dejan sentir con notoriedad desde hace meses, al menos por mi parte.
La primera picada, y sorpresa de la mañana, la produce esta aguja que no se cortó en hincarle el diente a un Habano de 45gr.
Divertidas las agujas con sus carreras y ataques fallidos en superficie, ultimamente no fallan a la cita mañanera, a la que se presentan abundantes y hermosos ejemplares.
Seguimos lanzando ya clareado el día, esperando que pasen por allí los animales de turno, cuando un eléctrico animal se abalanza a un Roosta que acababa de colocar.


Un inhabitual, un bonito (que me corrijan si me equivoco) se deja querer por el poper y sale a ver la luz del día y dejarse retratar. Algo que me resulta muy extraño, es que se arrimen tanto a tierra, será la carnada imagino, pero ni hemos detectado cantidades de ésta cerca de la costa, ni en los buches de las presas hemos encontrado nada llamativo.
Otra cosa. Ven el triple delantero que está colgando...pues por la estupidez de querer sacarme la foto con el señuelo, y aprovechar sus colores y los del pez para hacer la retratera más colorida, un segundo después de esa instantánea ya estaba yo enganchado en mi dedo índice. Menos mal que el anzuelo entró y salió limpiamente, clavando sólo piel tipo pircing. Serenidad, y cuerpo a tierra para aguantar a un animal que no paraba de dar eléctricos coletazos...con mi dedo enganchado. Nada, alicates, un cortito, cinta en el dedo...y a pescar. Eso sí, que nadie me pelee ya que nunca había cometido esta osadía, ni la volveré a cometer. Otra lección aprendida, que espero nadie olvide.

La locura.

Después de recapacitar sobre lo sucedido con mi dedo, aguantar sermones y desayunar, continuamos lanzando con fuerza cacharros de superficie esperando a que algún rayo azul rompa el agua. Nada durante par de horas.
Nauzet decide poner rumbo a otra piedra cercana, a unos 200 metros. Todo un acierto.
A los 15 minutos lo oímos silbar, llamando nuestra atención. Vemos la caña doblada durante varios segundos, pero no sabemos lo que es, por lo que permanecemos en nuestro sitio. Un salto nos desvela su naturaleza. Han llegado los dorados.
Oliver corre para lanzar a la mantada, y ayudar al compañero en la varar, y Dani y yo decidimos quedarnos esperando a que pasen por delante nuestra, que sabemos que lo harán. Nada más llegar Oliver dónde se ha inaugurado la fiesta, queda pegado, y nos llama agitando las manos.
A todas estas, Dani ha hecho un nudo en la bobina, y yo con los pelos de punta, echo a correr a toda leche dónde los compañeros ya están peleando a los azules. Ya habrán pasado unos 5 minutos...
Nada más llegar, lanzo muy lejos el Roosta y en la recogida sufro dos embestidas, una de ellas tremenda, pero que se acaban soltando. Ahora Dani ya está a mi lado, hacemos sendos lances y vemos como varios animales corren en superficie detrás de las muestras, dando coletazos y abriendo aguas. Quedamos los dos pegados con sendos bíchos, y ahora los 4 estamos trabajando, aguantando carreras, saltos, y pasando un vía crucis con los continuos cruzes de lineas. ADRENALINA.


No digo más, por que podría estar escribiendo horas sobre las sensaciones, secuencias y recuerdos de cada una de las pasadas que dieron los bichos; mejor dejo algunas fotos..
En esta primera pasada, salieron tres azulones, uno para Dani, otro para Oliver y otro para mí.

Para Dani, durante la primera pasada, este dorado de 8 kl. 

Disfrutó el compañero como un enano con las carreras del animalito...


Aún estamos asombrados de como los ejemplares medianos, suelen desarrollar en ocasiones batallas tremendamente duras. En riscos, y con equipos ligeros, se disfruta, pero también se pasa mal en ocasiones por la ansiedad y el miedo a perder nuestra deseada pieza. Lo mejor, calma.
El mío:

Precioso animal de 9,5 kl.

Aún me falta la experiencia con los palometones y petos desde tierra, pero de momento, creo que si hay un ranking de especies deseadas a nivel nacional, esta está en 1º o 2º lugar. Desarrollan tremendas carreras y saltos acrobáticos, son duros durante la pelea... y para finalizar, son preciosos, con tonos azules turquesa , plata y verdes brillantes, acompañados de puntos azules y negros. Todo un trofeo. Los petos y palometones serán también duros combatientes, pero no desprenden esa belleza e interés(que no quiere decir que igualmente no los desee).


Falta la retratera del animal de Oliver, que lamentablemente no salió correctamente, pero valga la pena decir que de grande, era como el mío...

Par de horas más, y de nuevo los azules hicieron presencia, provocando el caos entre el personal. En ésta ocasión únicamente fue Nauzet el que sacó su pieza, los demás vimos como una y otra vez los animales se desanzuelaban, a consecuencia seguramente de la mala clavada que se producía al atacar a los popers, que volaban y saltaban por la superficie a toda mecha.

La foto no es muy "ortodoxa", pero si representativa...Lo importante fue lo que disfrutó.

Ya llegado el mediodía seguíamos lanzando, y se nota la diferencia entre la caña corta y la larga para estos menesteres. Estar 6 horas lanzando cacharros de más de 40 gr sin parar, cansa, y a mí ya se me estaba cargando el hombro, y engomando la muñeca.
Necesito urgentemente un carrete con ratio alto. Mi preferencia es el Stradic /Twin Power 5000 Hg, pero el problema es que no lo encuentro por más que busco. Reconozco que soy poco amañado con el tema de las tiendas on-line, por lo que si alguien tiene pistas, son de agradecer si me las hacen llegar.

Seguimos, tercera pasada.
Pasado el mediodía, después de reponer fuerzas con almuerzo y baño incluido, volvíamos a encontrarnos cara a cara con otro bando de dorados, unos 10 más o menos. Volvíamos a estar todos pegados de nuevo, y otra vez se sucedían las clavadas y perdidas de animales. A Nauzet se le fue un lebrancho justo cuando estaba para varar, y yo perdí un hermoso ejemplar totalmente plateado justo cuando sintió el acero del bichero.
Partió el último tramo, y se soltó de la muestra. A esto ya le hemos puesto solución introduciendo un naylon de 150lb dentro del tubo, sujetando el anzuelo a la base del bichero. Aún así, este fue un acto, y una circunstancia que me partió el alma y aún hoy en día es tema de conversación y penuria. Aunque haya sido un sólo "fallo" en mucho tiempo, me rompe el corazón pensar como murió ese esplendido rayo plateado.
Por el contrario, los otros dos compañeros repetían con sendos dorados, el de Dani muy parecido al primero, y el de Oliver creo que algo más pequeño.


Poco más nos dio el día, pese a que aguantamos esperando una cuarta pasada. Con los brazos destrozados, pero muy contentos, recogimos los bártulos y salimos para casa. El día estaba hecho y lo habíamos disfrutado como niños chicos.
La única pena y remordimiento, era el haber perdido aquel ejemplar que seguramente a esa hora ya hubiese muerto, o estaría agonizando por mi culpa. Eso y el haber perdido los únicos dos Roosta que me quedaban de reserva, y que ahora de nuevo hay que mandar a pedir. Así seguro aprovecho y me hago con algún otro cacharrito. Los Jugulos de Molix dicen que pescan, además de ser tremendamente bonitos.

Ahora resguardense del frío y abriguense, que anda la gripe rondando las puertas de las casas para instaurarse. Eso y buena pesca, si el temporal lo permite.
Saludos a todos/as.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Sube y baja... lanza y recoge.

Gracias a que el "aleteo" de las pardelas ha terminado.
Impulsadas por el hambre, la ausencia de sus progenitores y el instinto, se lanzan al mar para emprender la cadena reproductiva. Ahora se agrupan en "guarderías" por decenas, cientos y miles de individuos, en alta mar, para poco a poco, iniciar la migración.
Por mi parte ya ha terminado el trabajo de vigilancia y protección nocturna, y puedo disfrutar algo más de tiempo, y por consiguiente, ir a pescar.

Imagen tomada en una guardería de pardelas.

Los problemas los tienen ahora estas aves en alta mar y en sus lugares de destino. Han dejado atrás a pardeleros armados con bicheros y hurones, para ahora enfrentarse a escopetas, jámos (sacaderas) y tirachinas(y sin contar a palangreros y arrastreros). Espero que no sean muchas las que caigan en los leitos de los barcos, y dentro de unos dos o tres años vuelvan a los riscos que las vieron nacer.

El sube y baja.

La semana pasada hubo jigging. Ya eran semanas, meses sin tocar un hierro y las ganas no cabían dentro de mí. No hubo mucho, pero si que nos lo pasamos bien Pachico y el que escribe, a bordo de la embarcación "Greca", una semirrigida BWA de la cada día estoy más enamorado. Pocas embarcaciones son más adecuadas para practicar jigging y spinning en Canarias.

Como digo no hubo mucho, unos cuantos trancones al amanecer fue todo hasta mitad de mañana, momento en el que decidí coger la caña de spinning.
Fue gracias a mi cabezoneria que terminamos divirtiéndonos un buen rato. Quería llevar una vara de spinning, por si entraban los dorados, o dábamos con pescado en superficie (cosa inhabitual normalmente, pero que suele ocurrir justo cuando no llevas cañas de lanzado), pero el patrón no estaba muy convencido de ocupar otro cañero más. Menos mal que insistí.
Total, que mientras el seguía dejándose se la espalda con gusto, a mí me dio por lanzar mientras bromeaba con el pegadon que iba a tener, cuando...sucedió exactamente eso. El señuelo se frena, la caña se dobla y comienza a salir hilo con rabia hacia el fondo. Me ha cogido en fuera de juego, y al tratar de calibrar el freno, se suelta... Me deja mal, pero reanima mis ganas de lanzar.

Sigo con lo mío cuando la sonda comienza a marcar algo en superficie. La primera en salir es una bicuda de 5 kl, para luego seguirla otras 2 más entre picadas varias. Lanzando a tres metros del barco, dando dos vueltas de manivela, ya estabas echándote unas risas con el equipo ligero.
Veo a Pachico que me observa, y decido prestarle la caña de spinning, para poner en seco otras tres larguiruchas antes de que una de ellas corte la trenza y nos deje sin el único señuelo color natural que llevábamos en el barco.
La última captura de ese periodo de actividad fue una sierra que decidió tirarse a un jig, corto color sardina en la batimetría de los 120 metros, confundiendo al personal sobre su verdadera naturaleza.
Dos dorados, de unos 6/7 kl, aparecieron también para ver que pasaba por allí, y ambos, en sendas carreras y saltos, terminaron por desanzuelarse y abrir el triple que portaba mi jigcast. Esto si que me deja muy mal, y casi en depresión. No se puede ir a la guerra con una escopeta de feria... Siento que he perdido mi oportunidad con los dorados.

Pero las sorpresas no habían terminado. En uno de esos garetes agobiantes en el cantíl de los 130 metros, mientras dábamos los últimos coletazos para poner rumbo a puerto, primero el patrón, y luego yo, clavamos en seco. El ha clavado en el fondo, y yo he tenido dos ataques a mitad de agua, siendo el segundo el certero. Nada más comenzar la primera carrera, sé que el bicho que está al otro lado, es inhabitual, esporádico... Sus elecricos cabezazos me recuerdan a los listados grandes del pasado invierno, que hicieron nuestras delicias en superficie.
Dudo por la inexperiencia, pero tengo claro a que familia del folklore pertenece:


Precioso tuna de unos 5 kl para mí, y otro algo más pequeño para mi tío Pachico. Según dicen, no son épocas para estos bichos, que por lo visto y según cuentan se están dejando ver en las últimas salidas.
A partir de ese momento, ya con el sol en lo alto, comienza nuestra retirada rumbo a puerto. Sinceramente, no se dio lo que esperaba, ni para lo bueno ni lo malo, cosa que no está mal del todo...

El lanza y recoge...

Estoy como un niño el día de reyes. Ha llegado por fin mi Lamiglass Kenai Pro Spin(1324s) 2´60, acción 14-60- Una caña rápida y cortita que principalmente estará destinada a la superficie, y al spinning embarcado.
Junto a la caña ha llegado una Dryback y Chestback(Hpa), Habanos de Alle´s Lures, Mr Joe, Roosta... unos cuantos jugetes que por gentileza del Boss Zingarelli ahora podemos disfrutar por aquí. En la próxima entrada nos meteremos más con las impresiones, pero de antemano ya digo que fueron inmejorables.

Antes de ayer tuvo su estreno en territorio de prácticas, con un pejerrei corriendo y saltando detrás de un habano chartreuse, y ayer oficialmente ya puse a prueba el equipo en territorio ostíl, con resultados inmejorables. Lo que me estaba perdiendo yo con esta caña. Gracias Paolo y Nicola.

Ayer, como un niño pequeño, cargado de cacharros de superficie y la caña nueva, nos plantamos el amigo Daniel y yo en pesquero no muy frecuentado por nosotros.
Existe por aquí la fiebre del dorado. No sé si se debe al cambio climático, a la presencia de carnada o vaya uno a saber, que los encontramos en grandes bandos por casi toda la geografía, y parece que muchos se han encargado de retransmitirlo hasta por la radio. Aún estando en tu piedra a las 6 de la mañana, ya hay 10 personas ocupándola, dos pescando y 8 esperando a que pase el bando y alguien los avise. Entonces, todos en pie y a lanzar. Menudo spinning...

Total, que el amigo y yo nos vamos al lado opuesto de la isla, justo dónde creemos que pueden estar estos pelágicos y no la marabunta oportunista de pescadores spingoneros de temporada. Que bien me ha quedado, jejej..
Al clarear el día ya estamos lanzando, Dani con señuelos nadadores y yo en superficie probando el equipo y los cacharros nuevos.
La caña, acompañada del Twin Power 4000 y con 30lb de Tuffline, lanza al quinto pino. La probé ese día con rangos de peso de entre 25 y 50 gr, y fue de escandalo. Lanzadora, ligera, cómoda y guerrera.

Los habanos en 45gr. recibieron las primeras dentelladas por parte de agujas, bicudas y sierras, pero ninguna clavó correctamente en los circle hooks que portaban(creo que los usaré sólo en señuelos hundidos para lubis y sargos, o en escenarios específicos de pejerrei y palometones con paseantes, aunque aún estoy por probar y probar), probablemente por la poca anchura de sus mandíbulas . Tras ellos el Mr Joe también tuvo sus ataques, sin llegar a clavar.
Mientras, Dani ya había sacado una sierra para animarse la mañana.
A mitad de mañana tuvimos nuestras primeras persecuciones de dorados; siluetas azules color turquesa que corrían detrás de las muestras, hasta que el compañero toca la campana:


Veo como el animal comienza a sacar hilo con carreras y saltos de película, mientras Dani, lo trabaja correctamente. En par de minutos lo pone en tierra, para deleite de mi cámara y satisfacción del compañero.
Fotos y más fotos para el recuerdo de nuestro spinning isleño:


Dorado de más de 9 kl al que después de unas horas le siguió un pejerrei de 2 kl, que tratamos de oxigenar y reanimar...

Antes de soltar una presa, tenemos que comprobar que no tiene heridas de consideración en agallas, garganta...luego debemos tomarnos algo de tiempo para oxigenarlo correctamente con agua directa del mar, no estancada de un charco.

Me sigue pareciendo increíble como algunos todavía te miran con cara de loco cuando te ven soltar, y fografiar un pez.

Finalmente se soltó por dónde había venido. Sigo teniendo la esperanza de que crezcan, se reproduzcan y sigan dándonos alegrías durante más tiempo. Muchos deberían tomar ejemplo(no mío, si no de todo aquel que tenga sentido común), y dejarse de lloriquear tanto con que si no hay pescado, que si ya no come, que si está quemado, que si los profesionales...Luego lo bonito es ver como cargan de dorados dos kilos y pejerreis de tres cuartas. Lo de siempre, vamos!

Ahora me tocaba a mí. Con un Roosta ya había tenido dos ataques de pejerrei, pero tan sólo uno llegó a correr 10 metros para luego soltarse. Me concentraba recogiendo y viendo como nadaba, hasta que otro rayo azul se colocó detrás de la muestra para tomarlo y salir disparado mar adentro, sacando hilo del TP por decenas. Esa carrera, y los preciosos saltos que le sucedieron, fueron su perdición.


Un hermoso dorado de 6 kl se apuntaba a mi lista de capturas, y me sacaba de alguna forma la espinita que llevaba clavada desde la última salida a jigging. Son preciosos estos animales, y es envidiable la fuerza que desarrollan en el agua. Bichos duros y combativos, hechos al infierno y la bravura del océano.



Y así terminó el día, con diversas capturas, muchas anécdotas y batallitas que contar y un dolor de hombro y muñeca del carajo debido a la poca costumbre de trabajar cacharros semi-pesados en superficie durante horas.

Ahora ha llegado de nuevo el endemoniado alisio y las fuerzas de invierno, a las que en realidad le doy las gracias para que mantengan alejados a tanto depredador y esquilmador de los veriles habituales, esos en los que parece que cada mañana se hace una fiesta y todos están invitados. Esto me empieza a recordar a historias y batallas de costas lejanas. La fiebre, mala como ella sola, ha llegado, aunque sea oportunista y de temporada.
En fin, seguiremos buscando la tranquilidad, y rehuyendo de las bervenas pesqueras.
Abriguense, y resguardense del frío.
Saludos.