sábado, 26 de junio de 2010

Frio, viento...y alguna sorpresa. Spinning a ratos.

Seguimos inmersos en la borrasca que azota nuestras islas y no cesa de acosarnos con alisios que manchan de blanco la superficie del mar. Cada vez que me asomo a la ventana y miro hacia el norte, sólo puedo pensar en acercarme al veril para pasar el rato y distraerme de lo cotidiano. Las capturas ahora más que nunca se vuelven algo secundario ya que con estas condiciones pescar por estos nortes es cuestión de voluntad y no de convencimiento.
Este es nuestro auténtico verano canario: viento fresco, sol y calor durante los próximos meses, con los típicos intervalos que ofrecen algo de tregua y tranquilidad. Si todo va como se supone, hasta finales de verano no volveremos a disfrutar de apacibles vientos del sur-este.

Pero como se suele decir, los peces están ahí, sólo hay que saber buscarlos y adaptarse a las circunstancias. Si el señuelo no está en el agua, no pesca.

Después del ya comentado campeonato de Jigging, del cual acabé algo saturado y destrozado por el esfuerzo que durante varios días realizamos, no ha tenido uno muchas ganas de lanzar, y menos con el tiempo que nos atosiga.
Concretamente esta semana me he acercado a por suerte en la espuma tres días. Tres días en los que acudía al veril únicamente a esa hora en la que suponía que se daban las condiciones ideales para que los escamudos estuviesen de caza. Nada de pesar largas horas en el veril.

Caminando y caminando...

El primer día, por la mañana y en solitario, decidí atacar un pesquero con antecedentes de serránidos, mientras subía la marea. Me patee todo el veril y más durante dos horas, viendo como charcos y pocitas se llenaban poco a poco y el agua me obligaba a retirarme por precaución.
Como siempre, en los últimos lances y de vuelta al coche, la recompensa llegó al final:



Un hermoso sargo captura el Max Rap y en los primeros segundos, debido al tamaño y la oposición que hacía de costado al agua, me hizo pensar que tenía a una de esas pequeñas y recelosas lubinas enganchada.
Dio lo mismo, pues satisfecho puse rumbó a casa. El viento venia en aumento con la marea llena y ya ese día me había mojado lo suficiente.

2º Día, bolo.

Del siguiente día no puedo decir mucho, ya que me lleve un bolo como una casa por la mañana y otro por la tarde, culpa del viento que hacía y de mi mala elección del pesquero.
Como la cosa no pintaba bien, y por hacer algo diferente, decidí darle vida y oportunidad a un "bucktail" de fabricación casera que el amigo David Alcaraz me dejó en su última visita a la isla.


Después de aburrirme por la tarde con diferentes señuelos, saqué de la caja la cabeza roja y al poco rato de pasearla por la espuma, siento trancón, me da tiempo de trabajarlo algo pero se termina soltando. Parece que tengo la "negra" con los señuelos compuestos de un sólo anzuelo.
Agua, frío y viento fue lo único que sentí además de esa buena picada.
Por marrullero, me puse pesado y decidí acercarme a última hora a uno de esos veriles de sierras y pejerreis con el convencimiento de que la marea vacía y el viento me dejarían acercarme. Pero nada de eso.

Menos mal que uno es precavido, y se toma su tiempo para ponerse la ropa de pesca y observar cómo anda la cosa, en vez de salir disparado hacia las piedras.
Al llegar tenia buena pinta: agua algo removida por el viento, olas que no subían mucho por el veril, agua oscura, poca luz...pero justo antes de cerrar el coche veo como una serie sube por las piedras y barre con todo.



Alguna serie de olas subía demasiado por el veril...mejor retirada. Los charcos de agua que se observan eran producto de la subida de las olas.

Vuelta al coche y para casa.

3º Día. Mójate y pasa frío.

Ayer fue el último de estos días de pesca.
Parecía que de nuevo por la tarde el viento aflojaba algo, pero cuando llegamos al veril Eolo seguía soplando con ganas.
Le comente al amigo Aaron que pensaba ir a probar suerte caminando a última hora de la tarde lanzando aquí y allá, a pasar el rato. Y el chico, que tampoco se pierde una, se apuntó. Quién me manda....
Al poco de llegar y ya empapado de agua y pasando frío, le doy acción al Komomo de Ima y en una de estas idas y venidas del paseante, algo frena la muestra, pero no ofrece mucha resistencia.


Un sargo, bastante más pequeño que el que pillé hace par de días, se ha atrevido a atacar el paseante blanco, al que en zonas con poca corriente le estoy pillando el gustillo. Unas cuantas fotos y decido moverme a otra zona con el compañero.
Nos metemos en el agua, nos mojamos y pasamos algo de frío. Le he prestado a Aarón el Dolcce de Duel, un señuelo con buenos antecedentes en la espuma, y en menos de 10 minutos canta picada.
Pone en séco esta hermosa lubina:


Después de esta captura, que evidentemente me alegra pero me deja algo tocado, seguimos insistiendo e intentando sacar alguna loba más de la madriguera, pero como siempre se vuelve a repetir esa norma maldita y no conseguimos resultado positivo. No hay doblete.
Al fin y al cabo, cada uno ha tenido su captura, por lo que empapados y muertos de frío pusimos rumbo al coche y terminamos con nuestro ratito de pesca.

Esto es lo que ha dado la semana, una semana de mucho viento, frío y baños de agua salada en los que le hemos puesto ganas y ha salido algo, pequeño pero que en su momento nos sacó una alegría en estos días grises de Junio.
A ver si pasa ya.

viernes, 18 de junio de 2010

De nuevo por aquí, con otras dos truchas.

Ya se me estaba haciendo muy raro estar tan despreocupado de esto. Hemos estado ocupados, muy ocupados. Ha habido pesca, excursiones y visitas de muchos amigos y conocidos durante estas semanas atrás. Y por supuesto, hay unos quehaceres personales que nunca se pueden descuidar.


Rubicón Fishing Jigging Record, campeones de nuevo.
Hemos vuelto del Rubicón Fishing Jigging Record, un campeonato de Jigging que se celebra en Lanzarote y que este año celebraba su 2ª edición. Como su nombre indica, de lo que se trata es de batir records, y en su defecto lograr grandes capturas. Este año se caracterizó por el mal tiempo, la ausencia de actividad y de grandes piezas, cosa que siempre agradezco ya que se disminuye el castigo que sufre el mar.
En él nos encontramos con amigos, conocidos y desconocidos, y gente del mundo de la pesca con la que tengo contacto virtual y a la que deseaba conocer en persona. La pesca y la competición suele quedar en un segundo plano. 
Raúl, Cristian & Cristian, David, Alonso, Ximo, Gorka, Emilio, Martín, Edgar... se les echa mucho de menos. A todos ellos y a muchos otros que se me quedan en el tintero. Pasar con ellos esos días compartiendo anécdotas, buenos ratos y alojamiento, fue seguramente lo mejor del campeonato. Las partidas al Póker por la noche, las cenas y desayunos, las reuniones en el "Milugato"... hay recuerdos que me cuesta olvidar y sinceramente, ya deseo repetir en breve, en esa quedada que ya organiza el amigo y vecino Alonso desde la Maxorata.
Y por supuesto Pachico y Dani,  los compañeros de pesca que siempre hacen de esto algo "familiar" y de los que no me puedo olvidar.
Pero claro, uno no sale a la mar a mirar para los demás...Y menos después de haber ganado la edición del año pasado. 
Al igual que en la 1ª ocasión, tuvimos suerte y volvimos a repetir título, llevándonos el 1º puesto en clasificación de barcos, y el premio al mayor serránido, con un mero de 13,360, que consiguió un servidor (cosas del destino, el año pasado saqué un pipa de casi 17kl, y este año otro más pequeño). Y el premio al mayor espárido y barracuda se nos escaparon por 100 y 300 gr. respectivamente. Eso ya hubiese sido la leche. 
Dani, Pachico y servidor.
Si ya, unas truchas poco tienen que ver con el Jigging,
pero el recuerdo es bonito, muy bonito... ¡Ya tenemos 4 truchas!                
Pachico, Dani y el que escribe. El mismo grupo o equipo del año pasado. Los mismos que cada vez que pueden se reúnen para pasar buenos ratos de pesca.  Todos contribuimos con buenas piezas a llevarnos el 1º puesto, cosa que evidentemente como canario y local de esta isla me llena de orgullo. Cualquiera podría habérselo llevado. Cualquiera podría haber levantado un dumerilli de 50kl y haber decidido todo desde la primera jornada. Pero de nuevo, por segundo año consecutivo, nos tocó a nosotros. Suerte, conocimiento, perseverancia...llamenlo como quieran.          
Lo cierto es que para los que especulan, lo único que les digo es que para sacar pescado, hay que estar pescando, o sea partiéndose la espalda todo el día a la espera de que entre ese bicho que tanto esperamos. En una semirrígida no hay camas, ni cocina, ni baño...o pescas, o te quedas en tierra. Pescar en Canarias es duro.  
Como anécdota diré que ayer nos llamó el padre de Dani (que es patrón de barco), riéndose de que por lo visto, en la típica matraquilla de pantalán que tánto le gustan a Jay , otro patrón(que desconocía quienes eran los ganadores) le porfiaba que aquello no podía ser, que los meros, primero los pillábamos bajando a por ellos a pulmón...jejejejej... Hay que me parto!!!!          
Maestro, que las capturas había que filmarlas, que ese mero se llevó por delante mi querida Lamiglass Tp sja50lb en sólo 50 metros de agua, y que a mí los oídos ya me pitan a los 10 metros... Además nuestro corazón sigue incorrupto.
A mí es que estas tonterías me alegran las conversaciones que tenemos al respecto. Se que no está bien, pero uno, sin ánimo de ofender, se ríe de la ignorancia de algunos. En fín, que haberlos los hay.
Por aquí dejo un enlace de un medio que ya ha publicado la crónica de lo acontecido durante los días 10, 11 y 12 de éste mes sobre el encuentro. Así me ahorro yo todo el rollo, aunque en breve, colgaré unas cuantas fotos de esos días e intentaremos contar lo más relevante desde el punto de vista del que escribe:
De todas formas, ya irá saliendo toda la información en la Pesca&Barcos, Pesca de Altura, Pesca Mar... Además de los medios virtuales y escritos locales. Lo dicho, estoy a la espera de recopilar todo el material fotográfico que tienen los amigos y la organización para poder publicar lo más importante.
Seguro que a muchos les traerá buenos recuerdos.
 Dani, contento y feliz señalando la 1ª Posición de nuestro barco, El Greca.
Su felicidad y orgullo es compartido.                    
Aparte de todo esto, sólo puedo decir que ahora mismo reina por Las Afortunadas el clásico alisio de nuestra tierra: un viento fuerte-moderado del norte que rola a nor-este y que por la configuración geográfica de Lanzarote, barre toda la isla, haciendo de la pesca algo complicado y cansino. Los pocos lugares que quedan al resguardo no son propensos a ser visitados por depredadores importantes, por lo que la pesca en estas fechas vuelve a ser cosa de mucha voluntad. Habrá que remitirse al pasado.
Antes del encuentro, más pesca.
El amigo Aarón no podía asistir este año al evento como el año pasado, debido a una inminente operación de menisco. No era plan de pagar la inscripción y que luego le llamara el cirujano para intervenirle en esas fechas, cosa que al final no sucedió. Eso sí, una semana antes de partir hacia Playa Blanca, donde se celebraba el evento, tuvimos tiempo de sacar la embarcación y darnos algún gustillo.
Los días que precedían a esta pesca eran un horror: mucho viento, fuerza de mar y un calor que se mezclaba con la calima que llegaba del este. Pero entre tormenta y tormenta,  se abrió alguna ventana de bonanza que supimos aprovechar. El tiempo era muy inestable.
Dani no podía acompañarnos por razones laborables, por lo que fue Marc, otro amigo del pueblo, el que nos acompañó para pasarlo bien y hacer las labores de cámara.
Cosas de la vida, no había Gps. Ni Aarón entendía ese aparato, ni yo tampoco hice mucho por entenderlo. El día estaba ideal para de nuevo tentar esas marcas de abades en poco fondo (unos 50-60 metros) que unos días antes se nos habían resistido.
Como siempre, la última hora de la tarde era el intervalo que habíamos escogido para pescar, y a las 4 de la tarde ya estábamos saliendo del varadero.
Media hora de trayecto, y estábamos en la zona, que conocemos bien ya que también la hemos pescado de orilla con buenos resultados. La intención y única solución a nuestro problema con el Gps, era, como hacían nuestros ancestros cuando no existía este tipo de tecnología, marcarnos con la tierra en dos o tres puntos destacados. De esa forma triangulas tu posición y te vas ayudando con la sonda para no perder el fondo.
Comienza la pesca...
No tardamos en dar con escamas, y en la segunda/ tercera pasada, engancho en el fondo a pocas vueltas de manivela, pero en la recogida se suelta. El trancón ha sido bueno, y me huele a sama o abade...
De nuevo nos colocamos sobre la marca y ahora es Aarón el que canta picada y pone a trabajar el Accu665. En pocos minutos tiene a bordo un precioso abade de casi 4 kl. El nene ya tiene su pieza especial del día:
Parecía que la cosa iba pintar de maravilla, y que podía ser que hoy estuviesen de reunión por allí abajo los abades que andábamos buscando.
Unas cuantas pasadas más y de nuevo mi caña se frenó en seco; una leve carrera con potencia desde el fondo vuelve a empinarme las orejas y me huelo otro abade...pero de nuevo se suelta después de haberlo levantado unos metros del fondo...parece que el día no iba conmigo.  
 Ya había perdido dos buenos pejes, dos oportunidades. La cara lo dice todo.                
Como suele ser habitual, las bicudas comenzaron a dejarse ver, hasta tal punto que algunas eran liberadas antes de tocar el suelo de la embarcación. Muchas no llegaban o pasaban el kilo con dificultad, por lo que volvían por dónde habían venido. En cada subida del señuelo podías llegar a sentir varios ataques antes de clavar certeramente en las pequeñas mandíbulas de las larguiruchas.
Y así entre pasada y pasada, intentando evitar a las bicus pero esperando que entrara algún depredador de espetones, pasamos las pocas horas de luz de las que disponíamos.
Por destacar algo más, puede que lo merezca esta bicuda, grande y gorda, de las que por lo menos logran engañarte algo cuando atacan en el fondo, como hizo esta a un Blanka de Yo-zury, un jig corto, asimétrico y simplón, que a mi modo de ver desarrolla unas vibraciones en el agua muy interesantes. Una pena que de momento sólo lo haya localizado en el típico rosa-plata. 
En fin, que esto ha sido todo en unas dos semanas en las que uno no ha parado la pata organizando, concretando...y pescando mucho. Hemos aguantado horas de navegación, frio, calor intenso y el esfuerzo corporal que conlleva hacer Jigging en una embarcación descubierta durante más de 6 horas al día. Jigging del duro, por supuesto.
Ahora toca descansar, y aguantar el temporal de nuevo, pero en tierra. Si toco veril, será para relajarme y disfrutar del día, no quiero saber nada de viento, frio...hasta que a uno le entre "el mono"...como quién dice. Mientras seguiremos aguantando nuestros alisios.