domingo, 29 de mayo de 2011

La vuelta del Oriolano.

Al fin encuentro un momento, un paréntesis en el que sentarme y dedicarle algo de tiempo al blogg.
Han sido semanas de desconexión, para nada debidas al pasotismo o la desgana, todo lo contrario. Ha sido simplemente eso, una desconexión técnica debido a un cambio de compañia para acceder a la banda ancha.
Eso sí, este paréntesis se ha agrandado gracias a la incompetencia y pasotismo que caracteriza a las grandes compañias en aquellos momentos en los que lo pretendes es una baja de línea, y no un alta. En fin, que bienvenido sea el cable y la dichosa banda ancha.
Vamos con la pesca de los últimos días.

Al fin...

El Oriolano fue el nombre que decidió ponerle un señor hace algunos años a una Dipol Fragata 5´10 sin cabina, espaciosa, valiente y con una excelente navegación. Aquella embarcación estaba destinada al paseo con la familia, y durante poco tiempo tuvo la ocasión de tocar agua y poder demostrar todo lo que podía dar.
Casualidades de la vida y algún tiempo después, aquel señor que había bautizado a la Fragata con el nombre tan raro, decidió ponerla en venta a muy buen precio, por las razones que a nadie le gusta que lleguen: económicas. Y cosas de la vida, fue Dani el que terminó haciéndose con ella para darle un lavado de cara total: motor Honda, dirección hidráulica, puesto de mando... y mucho mar.
Poco después llegó el Jigging, y con él un spinning que hizo que aquel barco se hiciese un lugar respetado en el varadero al llegar con capturas que siempre habíamos deseado, con animales que causaban asombro en ocasiones y con una ética deportiva y medioambiental que pocos se atrevían a practicar. La única embarcación local que practicaba estas técnicas exclusivamente y con dedicación, y la única que hasta la actualidad mantiene esa devoción hacia la pesca con señuelos artificiales, sin dejarse entretener con carretes eléctricos, boyas y mucho menos sardina o gamba.
En ese barco, que ha pasado por temporales de los más duros, aguaceros y ventorales de espanto, hemos navegado y pescado el amigo Daniel y el que escribe durante años. Y lo hemos pasado terriblemente bien en él.

Una de esas tardes en las que volvemos con la puesta de sol, cansados pero con las pilas cargadas.

Cuento esto porque el año pasado, decidimos subir la embarcación a casa del patrón para reparar el carro, pero por infortunios y algo de gandulismo por parte de ambos, hasta hace par de semanas no volvió al medio en el mejor se desenvuelve. Y lo hizo como nos tenia acostumbrados en años anteriores, años que ahora se echan de menos y en los que nuestra única preocupación al respecto era tener a punto el Oriolano para salir por estos mares del norte.

En blanco y negro.

Hace ya unos días pusimos en el agua al Oriolano, con la intención principal de pasar unas horas en alta mar para dejarlo a punto y volver al ritual de subir y bajar hierros en veriles que hacia meses que no visitábamos.
Decidimos igualmente llevar sendos equipos de Spinning, para darle algo de juego a los señuelos de superficie en un día que prometía poco viento, y en el que la actividad presagiaba buenas sorpresas.

La jornada empezó entrada la mañana, y durante horas nos dedicamos a movernos por piedras que con buenos antecedentes, buscando la actividad pero solamente encontrando alguna bicuda y dos medregales "recortaditos" que volvieron por dónde habían venido. Así pasaron las primeras horas, sin nada importante en los casilleros.

Después de un descanso, decidimos ponernos con el Spinning, probando en espumeros y bajones, lanzando paseantes, jigs y minnows tras las desaparecidas lubinas y los omnipresentes pejerreys. Encontramos serránidos y carángidos, pero de los primeros no los que esperábamos.
Primero yo logré hacerme con una preciosa baila que rondaría los 2 kl con un Mommotti 180 armado con Decoy Sergeant, para posteriormente seguir Dani con otra algo más grande.


Me resulta muy curioso el hecho de que ultimamente, por más que visito los habituales spots de lubinas, no doy con ellas, mientras sus primas las bailas se muestran mucho más activas en aquellos veriles en los que se las intuye.


Preciosas bailas que cada vez que se dejan ver nos asombran con el tamaño que muestran, ya que hasta hace bien poco lo habitual era tener costancia de ellas en tamaños mucho más reducidos.

Mommotti 180 y Aile Darter Laser con sendas capturas.


Tras estas capturas, y después del merecido descanso y los baños de rigor, nos pusimos en marcha con la idea de acercarnos a zonas en las que desde tierra hemos dado con los pejerreys.
Con un mar totalmente planchado y un viento favorable que ponía los señuelos en el quinto pino, la idea de poder trabajar cómodamente stickbaits y pequeños jigs hizo que en pocos minutos, dos cabrillas atacasen sendos bucktails y varios pejerreys aparecieran rompiendo la superficie, ofreciendo carreras y persecuciones de varias decenas de metros, saltando y provocando escenas que durante más de dos horas nos tuvieron con el corazón en un puño.
No recuerdo bien cuantos ejemplares se atrevieron a atacar los Pro q de Seaspin, ni cuantos tuvimos enganchados, pero puedo asegurar que no fueron menos de 10-12 animalitos, de los cuales tan sólo embarcamos 3, liberando Dani el segundo que capturó. El resto tuvo la suerte de ganar la partida y soltarse el señuelo durante la pelea.


Recuerdo persecuciones de más de tres ejemplares tras el Pro Q,otro que se abalanzó sobre otro señuelo y en la primera carrera cortó la línea... pero caso aparte fue un enorme dumerilli de unos 30 klpejerreys que acercamos al barco. Tras unos instantes de locas carreras de ambos individuos bajo el casco en el que el grande jugaba al gato y al ratón mientras pequeño trataba de salvar la vida, el primero terminó por engullir al pobre pejerrey, clavandose aquel animal los triples... imaginense la Beast Master Sea Bass 2´70 del amigo Daniel. Doblada como jamás había visto una caña de spinning, y sacando hilo de un Exage 4000 "que echaba humo". Tras varios minutos inútiles aguantando aquel bicho, y viendo que en aquel veril lo más probable era que el animal terminase partiendo la línea de 30lb, decidimos no comprometer la vida del medregal, primero soltando linea por si se zafaba él sólo, y luego apretando el freno progresivamente para tratar de abrir los triples o rasgar la carne, como terminó por suceder al comprobar como se habían abierto los triples.

En fin, que entre pejerreys y medregales más aptos para un spinning pesado pasamos una tarde inolvidable en el que los protagonistas fueron los paseantes, en concreto el Samy (Lucky Craft), Habano (Alle´s Lures) y Pro Q (Seaspin).


Ya de camino a casa, decidimos hacer alguna parada para bajar jigs y probar suerte con los medregales y samas, que sabemos andan rondando la abundante carnada que se encuentra en estas fechas cerca de la costa.
El resultado fue este precioso loquillo para Dani de 6 kl, y algún trancón más para ambos que no terminaron de concretar, seguramente infringidos por más medregales.


Así terminó nuestro primer día de pesca a bordo del Oriolano, ese barco que tan buenos días siempre nos había dado y que ya llevaba demasiado en seco. De nuevo vuelve a pescar.
Pero eso no fue todo...

Dani, de vacaciones.

Si si, está de vacaciones... y eso quiere decir que ahora mismo parte de su tiempo de relax lo invierte en navegar, patear y pescar todo lo que el invierno y el trabajo le ha negado. Está en su derecho, y lo más importante, se lo ha ganado. Y digo que se lo ha ganado porque a pocos, o nadie conozco que como a él le apasione más soltar una presa, grabarla y sentir la satisfacción de devolver al mar parte de lo que le arrebata, que estrictamente se destina al consumo del hogar familiar.
Dani no falla, y estos días lo ha vuelto a demostrar.

Yo ando liado con el trabajo y algunos asuntos relacionados con la pesca a los que proximamente daré bombo y platillo, y como el mar parece que se ha dignado a darnos un respiro durante unos días, el amigo a aprovechado para salir con su novia y Jóse, un compañero que lleva poco tiempo pescando pero que no ha tardado en pillarle el tranquillo a esto y en las ultimas semanas se ha hecho con piezas muy interesantes.

Los chicos me contaron como fue la tarde, maravillosa por cierto, pero fue tal la locura que sucedió en ese momento mágico que todos esperamos de actividad en el fondo, que se me enredan los recuerdos. Dejo las fotos, que mejor que ninguna palabra atestiguan los buenos momentos que pasaron.


Según me contaron, fueron los medregales los primeros que aparecieron en una sonda de unos 100 metros, atacando en varias ocasiones los jigs y logrando sacar dos loquillos que rondaron los 5/6 kl.
Tras ellos llegó esa sama con la que aparece Dani, para seguirla unos animales que esporádicamente se dejan ver y siempre son bienvenidos con mucha alegría: los jureles.


Este jurel, el de Dani, dió un peso de 6 kl, todo un jurel peleón que alargó la sonrisa de Dani de oreja a oreja, según pude ver en los vídeos que grabaron.


Jose también se hizo con su jurel, algo más pequeño pero que igualmente le alegró la tarde al ser su primer jurel conseguido con la artimaña del sube y baja.
Alguna sierra y bicudas también salieron, pero estas hicieron honor al C & R.

Dani y Jose con sendos jureles.

Y aquí no queda la cosa... aún no tengo las fotos, pero antes de ayer, mientras uno estaba preparando el puente con la parienta, el amigo se acercó a cierta marca que guardamos como oro en paño, y en la que es muy habitual encontrar espáridos y serránidos... y no falló. Vía móvil, me hizo llegar la noticia sobre un pipa de 14 kl, y algún que otro animalito de muy buen ver.

Nada más señores, en breve me pondré con las fotos de la jornada de ayer, en la que el spinning costero fue el protagonista.
Espero que vuelvan ahora los días de bonanza, y de nuevo las jornadas en alta mar en las que la única preocupación es relajarse y si el pescado come, y teniendo en cuenta como anda el panorama, creo que no es mala idea el perderse ahí, en alta mar.